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Los centros Alois, espacios cardioprotegidos.

 

La fibrilación ventricular es la principal responsable de las muertes súbitas en personas adultas. En España mueren más de 30.000 personas al año por paradas cardiorrespiratorias. Muchas podrían ser salvadas aplicando un desfibrilador en los primeros 5 minutos. Todos estamos expuestos a sufrir una parada cardiorrespiratoria en cualquier momento de nuestras vidas.

Se llama fibrilación ventricular (FV) en el trastorno del ritmo cardíaco que presenta un ritmo ventricular rápido (más de 250 latidos por minuto), irregular, de morfología caótica y que lleva irremediablemente a la pérdida total de la contracción cardíaca, con una falta total del bombeo sanguíneo y por tanto a la muerte del paciente.

¿Qué la causa?

La causa más común de fibrilación ventricular es un ataque cardíaco. Sin embargo, esta fibrilación puede ocurrir en cualquier momento en que el miocardio no reciba suficiente oxígeno por cualquier razón. Las afecciones que pueden llevar a que se presente FV son, entre otros:

  • Accidentes por electrocución o lesión en el corazón
  • Ataque cardíaco o angina
  • Cardiopatía que está presente al nacer (congénita)
  • Enfermedades del miocardio, en las que el músculo cardíaco se vuelve débil, y se estira o se engrosa
  • Cirugía del corazón
  • Muerte cardiaca súbita (conmoción cardíaca) que se presenta casi siempre en atletas que han tenido una lesión sobre la superficie del corazón
  • medicamentos
  • Niveles muy altos o muy bajos de potasio en sangre

La mayoría de las personas que sufre de FV no tiene antecedentes de cardiopatía; pero, a menudo, tienen factores de riesgo para enfermedad cardiovascular, como el tabaquismo, la hipertensión arterial y la diabetes.

¿Cuáles son sus síntomas?

Una persona que presenta un episodio de FV puede repentinamente desmayarse o quedar inconsciente. Esto sucede debido a que el cerebro y los músculos no están recibiendo sangre desde el corazón.

Los siguientes síntomas pueden ocurrir en cuestión de minutos hasta una hora antes del desmayo:

  • dolor torácico
  • mareo
  • náuseas
  • Latidos cardíacos rápidos o irregulares (palpitaciones)
  • Dificultad para respirar

¿Cómo se trata?

La FV es una emergencia médica, se debe tratar de inmediato para salvar la vida de la persona. La desfibrilación, «integrada en una cadena de socorro efectiva», es su único tratamiento. Consiste en dar un choque eléctrico de corriente continua que despolariza simultáneamente todo el corazón, provocando -en caso de éxito y después de una pausa- una actividad eléctrica normal o menos eficaz.

Los desfibriladores externos automáticos o semiautomáticos, utilizados incluso por personal no sanitario, permiten acortar el tiempo hasta la desfibrilación y aumentar las tasas de supervivencia.

El FV revierte hasta un en un 90% si la desfibrilación se realiza en el primer minuto, disminuyendo su eficacia en un 10% por cada minuto de retraso en su ejecución. Después de 12 minutos la supervivencia se reduce hasta una tasa que oscila del 2% al 5%.

¿Qué es y para qué sirve un desfibrilador?

Un desfibrilador (DESA o DEA), es un equipo sanitario destinado a analizar el ritmo cardíaco, capaz de identificar las arritmias mortales y de administrar, con intervención de una persona, una descarga eléctrica con el fin de restablecer el ritmo cardíaco (con altos niveles de seguridad).

El DEA nos orienta y ayuda en las situaciones de emergencia vital. Cuando lo colocamos a la víctima realiza la valoración de la actividad del corazón y nos indicará claramente que acciones debemos realizar. Son órdenes sencillas, directas y orientadoras ayudando a los primeros intervinientes a realizar la reanimación con éxito.

La presencia de un desfibrilador semi automático es fundamental para revertir una parada cardiaca o muerte súbita. En este supuesto, actuar dentro de los 5 primeros minutos tras el paro cardiaco -tiempo insuficiente para que los equipos de emergencia arribin- es vital. La rápida actuación de los presentes es fundamental.

La AFA,  un espacio cardioprotegido

Ante estas evidencias, y con el espíritu de ofrecer a los usuarios de nuestros centros Aloïs las máximas garantías y seguridades médicas -teniendo en cuenta los factores de riesgo asociados a la edad- la AFA Baix Llobregat ha convertido sus centros Aloïs en espacios cardioprotegidos.

Un espacio cardioprotegido, es aquel lugar que dispone de los elementos necesarios para asistir a una persona en los primeros minutos de una parada cardíaca: personal formado y un desfibrilador.

Así pues, desde la Asociacióna hemos incorporado un desfibrilador automático a cada uno de nuestros Centros Aloïs, y varios profesionales de los centros y de la AFA hemos recibido una rigurosa formación sobre los primeros auxilios en general y sobre la reanimación cardiopulmonar y el uso de los DEA en particular. Se asegura así una correcta asistencia sanitaria en nuestros centros hasta la llegada de los servicios de emergencia, incrementando, de esta manera, las posibilidades de supervivencia de las personas que sufran una parada cardiorrespiratoria.

La formación ha sido impartida por la empresa Cardiopas, una empresa de profesionales sanitarios especializados en la Cardioprotección, colaboradora del Consejo Catalán de Resucitación, y autorizada por el Departamento de Salut de la Generalitat de Catalunya. Formación dictada por la normativa vigente (DOCG 151/2012), según recomendaciones de la European Resucitation Council y el Consejo Catalán de Resucitación de la Academia de ciencias médicas y de la Salud de Cataluña y Baleares.

Ojalá no lo tengamos que usar nunca, pero, si se da el caso, estaremos ahora preparados para afrontar estas paradas cardiorrespiratorias que representan un porcentaje tan alto de la mortalidad adulta.