Hoy nos hemos levantado con el corazón encogido por el adiós repentino de una mujer extraordinaria:
Antonia González Castillo, vicepresidenta, fundadora y pilar fundamental de Afabaix.
Antonia se ha marchado de este mundo demasiado pronto, con sólo 50 años, pero su paso por la vida ha dejado una huella profunda e imborrable. Ha sido hasta el último día una mujer de fe firme y de corazón generoso. Su vida ha estado marcada por el compromiso, el amor al prójimo y la inagotable capacidad de alargar la mano a quien lo necesitara.
En Afabaix fue, desde los inicios de la Asociación, mucho más que una líder: fue un motor, un ejemplo y un refugio para las familias que enfrentaban el duro camino del Alzheimer. Escuchaba, comprendía y acompañaba con paciencia, transmitiendo esperanza, llevando luz donde todo parecía oscuro.
Su generosidad no conocía fronteras. Antonia daba sin esperar nada a cambio, porque así lo dictaba su fe y su manera de entender la vida. Quienes tuvimos el privilegio de conocerla sabemos que su luz brillaba en cada gesto, en cada palabra de consuelo, en cada acción en favor de los demás.
Hoy le despedimos, pero no la perdemos. Antonia permanece viva en las personas a las que ayudó, en las sonrisas que devolvió, en la fuerza que dio a tantas familias. Y sobre todo, vive en el ejemplo que nos deja: el de amar, servir y creer.
Descansa en paz, querida Antonia. Gracias por tu entrega, tu bondad y por mostrarnos que, incluso en medio de las dificultades, el amor siempre es más fuerte.
La junta directiva de la AFA, con motivo de este deceso, ha decidido cerrar los centros de la Asociación este miércoles 13 de agosto, para poder despedir a nuestra compañera. Disculpad las molestias.