En los últimos años, la ciencia ha comenzado a observar más allá de los factores genéticos y de estilo de vida al momento de analizar el origen de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson. Una nueva línea de investigación apunta directamente a un elemento cotidiano, invisible y omnipresente: el aire contaminado por el tráfico vehicular.
Alzheimer y Parkinson: la conexión entre contaminantes del tráfico y enfermedades neurológicas
Durante la 12ª edición del ciclo de conferencias “Panorama Actual de las Ciencias Atmosféricas y del Cambio Climático 2024”, se presentaron datos que refuerzan la teoría de que la contaminación del aire no solo daña los pulmones, sino también el sistema nervioso.
Los estudios en ratones, expuestos a niveles de PM2.5 similares a los que existen en ciudades con tráfico intenso, mostraron alteraciones en el funcionamiento cerebral que podrían vincularse con el desarrollo de trastornos neurológicos. Esta evidencia sugiere que las normas actuales de calidad del aire podrían no ser suficientes para proteger al cerebro humano de daños a largo plazo.
Alzheimer y Parkinson: qué tan peligroso es respirar aire contaminado
Las partículas PM2.5 son tan pequeñas que pueden atravesar las barreras naturales del cuerpo humano. Una vez inhaladas, ingresan al torrente sanguíneo y pueden llegar hasta el cerebro, provocando inflamación y posiblemente alteraciones en las conexiones neuronales. Esta exposición continua, particularmente en entornos urbanos y zonas con alta densidad de tránsito, podría tener un efecto acumulativo con consecuencias neurológicas.
Aunque aún no existe una conclusión definitiva, las correlaciones encontradas en estudios previos, sumadas a las pruebas de laboratorio, apuntan a que la contaminación atmosférica podría actuar como detonante silencioso de enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson.
El desafío, según explica el propio Wexler, radica en determinar cuántas de estas partículas logran llegar al cerebro y cómo lo hacen. Además, hay que considerar que otros factores, como la alimentación, el estrés familiar y el entorno socioeconómico, también influyen en la aparición de enfermedades neurodegenerativas.
Por ahora, se insiste en la necesidad de revisar los límites actuales de contaminación permitida, mejorar las políticas públicas en torno a movilidad urbana y seguir investigando la relación entre el aire que respiramos y nuestra salud cerebral.
https://www.ambito.com/mexico/lifestyle/esta-posible-causa-inesperada-del-alzheimer-y-el-parkinson-podria-estar-el-aire-que-respiras-n6156262