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Alzheimer: la importancia de un cambio de enfoque

 

Junto con la prolongación de la expectativa de vida aumentó la tasa de algunas enfermedades vinculadas con el envejecimiento. Entre ellas, la demencia.­

El término ‘demencia’ engloba diferentes tipos de deterioro mental y el más común es la enfermedad de Alzheimer, que representa entre el 60 y 80% de todos los casos de demencia.­

A medida que el alzheimer empeora, los adultos mayores suelen tener más dificultades para llevar adelante actividades cotidianas, presentar problemas para tragar y ser cada vez menos activos. Todo esto aumenta el riesgo de otras complicaciones, como las infecciones, que aumentan a su vez el peligro de muerte.­

Como resultado, la causa de muerte de gran parte de las personas con enfermedad de Alzheimer son las infecciones u otras afecciones más que el alzheimer en sí.­

Con el objetivo de identificar las mejores maneras de asistir a los adultos mayores con demencia en el final de sus vidas, un equipo de investigadores belgas llevó adelante un estudio, cuyos resultados fueron publicados recientemente en el ‘Journal of the American Geriatrics Society’.­

El equipo comparó dos grupos de personas que habían sido diagnosticadas con alzheimer: en un grupo se ubicaron aquellos pacientes en cuyos certificados de defunción figuraba la enfermedad de Alzheimer como causa de muerte y que representaron el 22% del total de participantes. Mientras en el segundo grupo se incluyeron los individuos diagnosticados con alzheimer pero en cuyos certificados de defunción aparecían otras causas de muerte (tales como infecciones). Estos fueron el 77%.­

 

RESULTADOS­

Los investigadores observaron cuáles fueron los recursos de atención sanitaria que usaron los dos grupos durante los últimos seis meses de vida.­

Las personas que murieron con enfermedad de Alzheimer pero por otra causa, fueron más propensas a tener al menos una hospitalización y más ingresos en terapia intensiva.­

Los individuos de ambos grupos hicieron alrededor de 12 visitas al médico durante los últimos seis meses de vida. Sin embargo, los enfermos de Alzheimer que murieron por otras causas recibieron menos cuidados paliativos.­

Según subrayaron los autores del trabajo, los servicios de cuidados paliativos brindan una atención clave a la hora de aliviar los padecimientos en los momentos previos a la muerte o durante una enfermedad grave.­

Asimismo, las personas cuya causa de muerte fue registrada como algo distinto a la enfermedad de Alzheimer también fueron más propensas a haber sido sometidas a mayores procedimientos invasivos que aquellas que murieron por alzheimer.­

Estos procedimientos invasivos incluyeron el haber recibido asistencia respiratoria artificial y reanimación cardiopulmonar (RCP).­

Los investigadores concluyeron que los adultos mayores cuya causa de muerte fue enfermedad de Alzheimer usaron menos recursos de atención sanitaria que aquellas cuya muerte fue atribuida a otras causas, a pesar de haber sido diagnosticadas con alzheimer.­

Por ello, los autores sugirieron que reconocer la enfermedad de Alzheimer en estadio avanzado como una condición del final de la vida podría fomentar que los servicios de atención sanitaria destinen mayores recursos a los cuidados paliativos y menos a los procedimientos invasivos.­

 

CAUSA DE DISCAPACIDAD­

La demencia afecta la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio. El deterioro de la función cognitiva suele ir acompañado, y en ocasiones es precedido, por el deterioro del control emocional, el comportamiento social o la motivación.­

En la actualidad, es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores en todo el mundo.­

Respecto de los síntomas de la demencia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que afecta a cada persona de manera diferente aunque se pueden entender en tres etapas:­

* Etapa temprana: a menudo pasa desapercibida, ya que el inicio es paulatino. Los síntomas más comunes son tendencia al olvido; pérdida de la noción del tiempo; desubicación espacial, incluso en lugares conocidos.­

* Etapa intermedia: a medida que la demencia evoluciona hacia la etapa intermedia, los signos y síntomas se vuelven más evidentes y más limitadores. En esta etapa las personas afectadas empiezan a olvidar acontecimientos recientes, así como los nombres de las personas; se encuentran desubicadas en su propio hogar; tienen cada vez más dificultades para comunicarse; empiezan a necesitar ayuda con el aseo y cuidado personal; sufren cambios de comportamiento, por ejemplo, dan vueltas por la casa o repiten las mismas preguntas.­

* Etapa tardía: en la última etapa de la enfermedad, la dependencia y la inactividad son casi totales. Las alteraciones de la memoria son graves y los síntomas y signos físicos se hacen más evidentes. Los síntomas incluyen una creciente desubicación en el tiempo y en el espacio; dificultades para reconocer a familiares y amigos; una necesidad cada vez mayor de ayuda para el cuidado personal; dificultades para caminar; y alteraciones del comportamiento que pueden exacerbarse y desembocar en agresiones.­

 

FORMAS MÁS COMUNES­

Las formas de la demencia son múltiples y diversas. Si bien la enfermedad de Alzheimer es la forma más común, otras formas frecuentes son la demencia vascular, la demencia por cuerpos de Lewy (agregados anormales de proteínas en el interior de las células nerviosas) y un grupo de enfermedades que pueden contribuir a la demencia frontotemporal (degeneración del lóbulo frontal del cerebro). Los límites entre las distintas formas de demencia son difusos y frecuentemente coexisten formas mixtas.­

La demencia afecta a nivel mundial a unos 50 millones de personas, de las cuales alrededor del 60% viven en países de ingresos bajos y medios. Cada año se registran cerca de 10 millones de nuevos casos. Se prevé que el número total de personas con demencia alcance los 82 millones en 2030 y 152 millones en 2050.­

Según destaca la OMS, no hay ningún tratamiento que pueda curar la demencia o revertir su evolución progresiva. Sin embargo, existen numerosos tratamientos nuevos que se están investigando y se encuentran en diversas etapas de los ensayos clínicos.­

En cuanto a los factores que pueden contribuir a padecer demencia, la entidad sanitaria mundial aclara que aunque la edad es el principal factor de riesgo de demencia, la enfermedad no es una consecuencia inevitable del envejecimiento. ­

«Algunas investigaciones han revelado una relación entre la aparición de deterioro cognitivo y factores de riesgo relacionados con el modo de vida que también son comunes a otras enfermedades no transmisibles, como la inactividad física, la obesidad, las dietas insalubres, el consumo de tabaco y el consumo nocivo de alcohol, la diabetes y la hipertensión. Otros factores de riesgo potencialmente modificables son la depresión, el bajo nivel educativo, el aislamiento social y la inactividad cognitiva», concluye la OMS.­

 

 

Agustina Sucri

Fuente: http://www.laprensa.com.ar