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Bloquear una proteína podría ser útil en infecciones, alzhéimer o metástasis

 

Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) han descubierto que una proteasa que actúa sobre el sistema inmunológico y que es candidata a convertirse una diana farmacológica para tratar infecciones, el mal de alzhéimer o incluso metástasis tumorales.

El trabajo, publicado hoy en Nature Communications, ha sido realizado por científicos del CNIC, con muestras de pacientes con aterosclerosis del IIBB-CSIC de Barcelona, y con ratones generados por la Universidad de Tokio (Japón).

En el estudio, los investigadores han constatado que al bloquear la proteasa MT4-MMP aumenta la actividad de un tipo de leucocitos de nuestro sistema circulatorio, los monocitos patrulleros, algo así como unos ‘policías’ que buscan elementos extraños en la sangre.

El hallazgo tiene «potenciales implicaciones clínicas, ya que podría facilitar la eliminación de agentes extraños en el torrente circulatorio, como patógenos o células tumorales», destaca la investigadora del CNIC y directora del estudio, Alicia G. Arroyo.

Los glóbulos blancos o leucocitos del organismo son unas células vitales del sistema inmunológico, los defensores contra las agresiones externas e internas.

Entre ellos están los monocitos inflamatorios que responden rápidamente al daño en los tejidos saliendo del torrente sanguíneo y llegando a los tejidos donde, convertidos en ‘macrófagos’, ingieren partículas de todo tipo (bacterias, células dañadas, grasas…etc).

Pero hay una población de monocitos, los ‘patrulleros’, que raramente se diseminan hacia los tejidos y que, básicamente, se encargan de «rastrear el interior de los vasos», detalla Alicia G. Arroyo, aunque estas células han sido muy poco estudiadas.

La investigación del CNIC ha analizado la función de los monocitos patrulleros y los mecanismos que modulan su actividad de rastreo intravascular.

Los investigadores han empleado ratones genéticamente modificados con la proteasa MT4-MMP bloqueada y con aterosclerosis, una enfermedad en la que el colesterol y los lípidos del cuerpo se van acumulando en las arterias.

Cuando eso ocurre, el organismo genera una respuesta defensiva que provoca la llegada de monocitos inflamatorios y, en menor medida, también de patrulleros.

«Durante la aterosclerosis, el colesterol y otros lípidos (LDL) son ingeridos por los macrófagos, y eso hace que estos macrófagos se acumulen cada vez más en estas zonas de placa y que la placa sea cada vez mayor. Por eso, cuantos más macrófagos, peor pronóstico, generalmente», ha explicado a Efe Cristina Clemente, investigadora del CNIC y coautora del estudio.

Por tanto, si hay poco colesterol, los monocitos son una buena defensa del organismo porque «lo captan» pero «si captan mucho, quedan retenidos, aumentan la placa y empiezan a morir dentro de ella placa, lo que genera más inflamación», agrega Clemente.

El trabajo ha visto que al bloquear la proteasa, los monocitos «son más capaces de captar moléculas, lípidos en el caso de esta investigación», concluye.

Las investigadoras apreciaron que, en las lesiones tempranas, la falta de esta proteasa aumentaba selectivamente la llegada de monocitos patrulleros al vaso inflamado sin afectar a los monocitos inflamatorios.

La investigación concluye que si se bloquea la función de esta proteasa en las fases inciales se promueve la aterosclerosis pero también podría ser beneficioso para otras dolencias.

«Queremos investigar en otros modelos de enfermedad y ver si estos mocitos tienen más actividad captando partículas como células metastásicas, placas beta-amieloides (propias del alzhéimer) o bacterias infecciosas y ver si pueden hacer que disminuya la enfermedad», concluye Clemente.

 

 

Fuente: www.lavanguardia.com