La llegada del verano genera inquietud a aquellas personas que conviven con un enfermo de Alzheimer y se encargan de sus cuidados. Podemos ir de vacaciones? ¿Cuál es el mejor destino? El desestabilizar? Como afrontamos el viaje? Qué necesitará? Los expertos aseguran que el «ideal» es que el enfermo de alzheimer mantenga siempre la misma rutina, en el mismo entorno. En invierno y en verano.
Sin embargo, la dureza de la enfermedad, sobre todo para quien se encarga diariamente del paciente, obliga al cuidador a «tomar aire, a desconectar ya disfrutar de unos días de vacaciones» para poder afrontar la rutina del año desde otra perspectiva.
Las vacaciones no deben estar reñidas con el cuidado de un paciente de Alzheimer que puede viajar y disfrutar también de otro entorno diferente siempre, eso sí, se tengan en cuenta una serie de recomendaciones que, como cada año, te recordamos por aquetse fechas.
Es cierto que lo mejor para un enfermo de Alzheimer es no salir de su entorno, de su rutina. Pero todos necesitamos vacaciones y si se tienen en cuenta una serie de recomendaciones no tiene por qué haber problemas. Eso sí, si el destino es un lugar conocido para ellos (la casa del pueblo, por ejemplo), mejor. Sin embargo, si el pueblo se encuentra a 800 kilómetros, tal vez es mejor evitarlo.
Para el viaje, mejor en vehículo propio que en autobús o tren; es positivo hacerlo partícipe de los preparativos y mantener un poco la rutina (levantarse a la misma hora, desayuno …); y hay que tener en cuenta que es mejor no mostrar prisas ni acelerar su ritmo. Eso sí, si el destino está muy lejos o implica un viaje en avión es mejor dejar al familiar en una residencia y explicarle, tantas veces como sea necesario, que sólo se quedará unos días porque está de vacaciones. Una vez en el destino, es mejor ponerse en contacto con una asociación de familiares cercanos, usar un método de identificación por si se desorienta y compartir los cuidados del enfermo con otros familiares.
Todos los consejos deben adaptarse según el grado de deterioro del enfermo. No es lo mismo una fase temprana que una avanzada, obviamente.
Claves a tener en cuenta antes i después del viaje:
En coche propio
El viaje, en vehículo particular para hacer las paradas necesarias en lugares sin excesivo revuelo.
Evitar grandes distancias
Un destino conocido por el enfermo (como la casa del pueblo) es el ideal, aunque si ésta se encuentra a 800 kilómetros no, ya que no se recomiendan largas distancias.
Partícipe de los preparativos
Se recomienda hacer un ejercicio de reminiscencia y recordar como ellos preparaban las vacaciones, por ejemplo. Es preferible no anticipar los planes con mucho tiempo por no ponerlo ansioso ..
Información a la família
Quien tenga que estar en contacto con el paciente debe saber las particularidades de la enfermedad, ya sea los parientes, los vecinos del pueblo o los empleados del hotel.
Métodos de identificación
Con una pulsera o un colgante con su nombre y teléfono del cuidador.
Rompe el mínimo posible de rutinas
Especialmente con los horarios de comidas o las horas de sueño, como la siesta.
Objetos personales
Para minimizar la desorientación lleváis preguntarle foto, ropa que le guste o una almohada que la enamore … algo en la que esté habituado y se pueda trasladar, para que le dé seguridad.
Contacta con asociaciones de familiares
Muchas de esas entidades abren en verano y pueden dar consejos o ayudar a resolver situaciones difíciles.
Rutina
Hacer siempre lo mismo, también en verano y mantener la rutina de desayuno, paseo, piscina … (por ejemplo)
Hidratación
Debe seguir una dieta equilibrada y con suficiente líquido para evitar la deshidratación.
Estimulación i afecto
Realizar actividad física y estimular al paciente. Es necesario dedicarle tiempo i compartir curas y momentos.
Déjate ayudar.
Cuente con el apoyo de familiares y amigos para facilitar que el cuidador principal pueda tener también un período de descanso.