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Un nuevo análisis de sangre puede detectar el Alzheimer 10 años antes de que aparezca.

 

Las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer registran cada año cerca de 10 millones de nuevos casos, de acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud, y su tratamiento se dificulta debido a que en la mayoría de los casos no hay una detección temprana de los síntomas, pero eso está por cambiar.

Científicos del Centro Alemán para Enfermedades Neurodegenerativas y de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis, Misuri, desarrollaron un sencillo análisis de sangre capaz de detectar señales del daño cerebral causado por estas enfermedades, antes de que sus síntomas aparezcan. 

«El hecho de que todavía no haya un tratamiento eficaz para la enfermedad de Alzheimer se debe en parte a que las terapias actuales comienzan demasiado tarde», declaró a la revista científica Nature Medicine Mathias Jucker, uno de los investigadores, quien también trabaja en el Instituto Hertie para la Investigación Clínica del Cerebro.

La prueba desarrollada por Jucker y sus colaboradores se enfocó en analizar «la muerte de las neuronas», por medio de la aparición del neurofilamento, una proteína que es una pieza clave de su estructura interna. Esta sustancia se filtra al líquido cefalorraquídeo que cubre al cerebro, a la médula espinal y al torrente sanguíneo cuando las neuronas se dañan o mueren.

Los investigadores alemanes y estadounidenses se centraron en determinar si los altos niveles de neurofilamento en el torrente sanguíneo, o en el líquido cefalorraquídeo, reflejan un daño neurológico en los pacientes y una posible enfermedad neurodegenerativa como el Alzheimer.

Para ello, los científicos analizaron la información y muestras de más de 400 personas, miembros de la comunidad de estudio Red de Alzheimer de Herencia Dominante, liderada por la Universidad de Washington, la cual agrupa a varias familias en las que la enfermedad se manifiesta a una temprana edad debido a variaciones genéticas determinadas.

De estos 400 participantes, 247 poseían la variante genética de inicio temprano de la enfermedad y 162 familiares eran personas no afectadas por el Alzheimer. En el caso del primer grupo, los niveles de neurofilamento fueron más altos al inicio del estudio y aumentaron al paso del tiempo. 

En el caso de los familiares que no eran afectados por la enfermedad, los niveles de neurofilamento fueron bajos y se mantuvieron estables. Además, en el primer caso, los cambios en la sangre se manifestaron hasta 16 años antes de la aparición calculada de los síntomas del Alzheimer. 

Las pruebas arrojaron que es posible predecir la pérdida de masa cerebral, y los cambios cognitivos que ésta conlleva, años antes de que ocurran, pues aquellas personas que mostraron aumentos en los niveles de neurofilamento tenían más posibilidades de mostrar señales de la enfermedad.

El estudio también encontró que las grandes cantidades de esta proteína en la sangre también podía ser un signo de otras enfermedades o lesiones neurológicas, por lo que esta prueba también podría usarse para otras enfermedades de este tipo. No obstante, los investigadores aún necesitan determinar qué niveles de neurofilamento son demasiado altos y la velocidad con la que deben aumentar para ser una señal de alarma.

 

 

Fuente: telemundo.com