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Diseñado un fármaco capaz de evitar la muerte de las neuronas cerebrales en el alzhéimer.

 

El alzhéimer es una enfermedad neurodegenerativa causada, según han mostrado infinidad de estudios, por la acumulación en el cerebro de ovillos neurofibrilares de proteína tau y de placas de beta-amiloide, altamente tóxicos para las neuronas. Tal es así que la gran mayoría de investigaciones desarrolladas para prevenir o ralentizar la enfermedad han tenido por objetivo evitar la formación de estos ovillos y placas. Sin demasiado éxito. Pero, ¿qué pasaría si se desarrollara una molécula que, en lugar de actuar sobre las placas y los ovillos, protegiera a las neuronas cerebrales? Pues que el afectado conservaría sus funciones cognitivas intactas. De ahí la importancia de un estudio dirigido por investigadores de la Facultad Carver de Medicina de la Universidad de Iowa en Iowa City (EE.UU.), en el que se describe un nuevo fármaco experimental capaz de prevenir la muerte celular de las neuronas cerebrales y, en consecuencia, de evitar el deterioro cognitivo asociado al alzhéimer y los síntomas de la depresión. O así sucede, cuando menos, en modelos animales –ratas.

Como explica Andrew Pieper, co-autor de esta investigación publicada en la revista «Biological Psychiatry», «hace ya mucho tiempo que se sabe que los cerebros de los pacientes con alzhéimer presentan placas de beta-amiloide y ovillos neurofibrilares de proteína tau anómala, pero todavía se desconoce cuál es su efecto en el proceso de la enfermedad. Nuestro trabajo muestra que mantener las neuronas vivas en el cerebro ayuda a los animales a preservar una función neurología normal con independencia de los procesos patológicos tempranos de la enfermedad, caso de la acumulación de estos ovillos y placas».

 

Más neuronas vivas

En el estudio, los autores evaluaron la eficacia de un compuesto experimental denominado ‘P7C3-S243’ a la hora de prevenir la muerte de las neuronas cerebrales en un modelo animal –ratas– de alzhéimer. Unos animales que, una vez envejecidos, presentaban los problemas de memoria y aprendizaje característicos del deterioro cognitivo asociado a la enfermedad de Alzheimer humanos. Pero aún hay más: cumplida la edad de 15 meses, y previamente a la aparición de los problemas cognitivos, las ratas presentaban los síntomas típicos de la depresión en humanos –algo que nunca se había observado en un modelo animal–. Un aspecto ciertamente importante dado que el debut de la depresión en la edad avanzada se asocia con un riesgo mucho mayor de padecer alzhéimer.

Llegados a este punto, ¿qué es este ‘P7C3-S243’? Pues un fármaco experimental que, desarrollado por los propios autores hace casi una década, es capaz de prevenir la muerte de las neuronas cerebrales en modelos animales con enfermedades neurodegenerativas, caso de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), el ictus o el párkinson. Una molécula que, además, también protege a los animales de padecer síntomas de la depresión al proteger a las neuronas del hipocampo –una región cerebral que juega un papel crítico en la regulación del estado de ánimo y la cognición.

Para llevar a cabo esta investigación de tres años de duración, los autores dividieron a las ratas en dos grupos: uno en el que los animales recibieron diariamente el compuesto ‘P7C3-S243’ a partir de la edad de seis meses, y un segundo en el que las ratas fueron tratadas con placebo. Y para analizar la eficacia del tratamiento, todos los animales fueron sometidos a distintas pruebas para evaluar sus capacidades de memorización y la presencia de síntomas depresivos a las edades de 15 y 24 meses.

Los resultados mostraron que, cumplidos los 15 meses, todas las ratas tenían una capacidad de aprendizaje y memorización normal. Sin embargo, y contrariamente a los tratados con el ‘P7C3-S243’, los animales que recibieron placebo mostraban síntomas depresivos muy acusados.

Por su parte, y cumplidos los 24 meses –una edad muy, pero que muy avanzada para estos animales–, las ratas tratadas con placebo mostraron una función cognitiva muy deteriorada. No así en el caso de los que recibieron el fármaco experimental, cuya capacidad de memoria y aprendizaje fue similar a la de los del ‘grupo control’ –esto es, ratas sin alzhéimer.

Es más; los autores también examinaron los cerebros de los animales a los 15 y 24 meses. Y lo que vieron es que los signos de la enfermedad de Alzheimer, esto es, la presencia de placas de beta-amiloide, de ovillos neurofibrilares de proteína tau y de neuroinflamación, eran ciertamente notorios en todas las ratas con alzhéimer y con independencia de que hubieran recibido ‘P7C3-S243’ o placebo. Sin embargo, el número de neuronas cerebrales supervivientes fue significativamente mayor en aquellas tratadas con el fármaco experimental.

 

Alzhéimer y depresión

En definitiva, como indican los autores, «la protección de las neuronas en el alzhéimer sin actuar sobre los procesos patológicos tempranos de la enfermedad podría constituirse como una nueva terapia ciertamente interesante».

Como concluye Jaymie Voorhees, director de la investigación, «nuestros resultados sugieren que mantener a las neuronas cerebrales vivas incluso en presencia de las placas de beta-amiloide, los ovillos neurofibrilares de proteína tau y neuroinflamación, tiene un beneficio clínico potencial. En los casos de debut de la depresión en etapas avanzadas de la vida, un tratamiento como el ‘P7C3-S243’ puede resultar particularmente útil dado que podría estabilizar el ánimo y, asimismo, proteger frente a los ulteriores problemas de memoria en pacientes con enfermedad de Alzheimer».

 

M. LÓPEZ

 

@abc_salud