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El estrés puede aumentar un 25% el riesgo de sufrir Alzheimer

 

Aunque todavía no se sabe cuál es el origen de esta enfermedad neurodegenerativa que acapara entre el 60% y el 70% de todos os casos de demencia a nivel mundial, son diversos los factores que pueden aumentar el riesgo de Alzheimer, incluyendo la edad, los antecedentes familiares y la composición genética. Ciertos problemas de salud, como la enfermedad cardiovascular o la diabetes, también pueden influir en las probabilidades de experimentar demencia, mientras que otros factores están ligados a pérdida auditiva temprana, a la obesidad, a la soledad o a los ritmos de sueño irregulares.

Ahora, una nueva investigación realizada en Dinamarca subraya que los factores psicológicos también pueden afectar el riesgo. Particularmente el malestar psicológico o agotamiento vital podría incrementar notablemente -hasta en un 25%-las probabilidades de padecer este problema de salud. El agotamiento vital describe “un estado mental de angustia psicológica” que se manifiesta con síntomas de irritabilidad, fatiga y un sentimiento de desmoralización.

Como explican los investigadores del estudio el agotamiento vital puede ser una reacción a los “problemas que no se pueden resolver” en la vida, especialmente cuando la persona ha estado expuesta a factores estresantes durante un período prolongado. Dirigidos por Sabrina Islamoska, candidata doctoral en el Departamento de Salud Pública de la Universidad de Copenhague, Dinamarca, el equipo publicó los resultados en el Journal of Alzheimer’s Disease.

Los investigadores analizaron los datos de una encuesta de casi 7,000 personas que participaron en el Estudio del corazón de la ciudad de Copenhague entre 1991 y 1994. Los participantes tenían, de media, 60 años de edad en ese momento y respondieron a cuestiones sobre su agotamiento vital. Islamoska y su equipo realizó un seguimiento clínico de los participantes hasta que finalizó 2016, examinando los registros hospitalarios de los participantes y los registros de prescripción y mortalidad en busca de diagnósticos de demencia.

El estudio reveló un vínculo entre el agotamiento vital en la mediana edad y el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer más adelante. El autor principal informa: “Por cada síntoma adicional de agotamiento vital, encontramos que el riesgo de demencia aumentó en un 2%. Los participantes que informaron de cinco a nueve síntomas tenían un riesgo de demencia un 25% más alto que aquellos sin síntomas, mientras que los que informaron de 10 a 17 síntomas tenían un riesgo de demencia un 40% mayor, en comparación con no tener síntomas”, continúa Islamoska.

Los autores explican que es poco probable que los resultados se deban a una causa inversa, es decir, es poco probable que la demencia cause un agotamiento vital, y no al revés. “Nos preocupaba especialmente si los síntomas de agotamiento vital serían un signo temprano de demencia. Sin embargo, encontramos una asociación de la misma magnitud, incluso al separar la notificación del agotamiento vital y los diagnósticos de demencia con hasta 20 años”, explica Islamoska.

Con respecto a los posibles mecanismos que pueden sustentar los hallazgos, los investigadores apuntan a los niveles excesivos de la hormona del estrés cortisol y los cambios cardiovasculares como posibles culpables. Los investigadores subrayaron que el estrés puede tener consecuencias graves y perjudiciales, no solo para la salud de nuestro cerebro, sino también para el resto del organismo.

Estudios anteriores han observado que el agotamiento vital puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico, muerte prematura y obesidad, entre otras afecciones.

 

Fuente:www.ticbeat.com