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Qué debe comer una persona con alzhéimer: alimentos y consejos.

Aunque se desconocen los factores que producen la enfermedad del Alzheimer al margen de los genéticos, se sabe que existen factores de riesgo que sí son modificables como la correcta alimentación, además del ejercicio físico y una buena actividad cognitiva, que se complemente con las relaciones sociales, todo ello tiene un papel muy importante en la salud del cerebro.

Para el doctor Aleix Sala-Vila, investigador del Barcelona beta Brain Research Center y del IMIM, existe relación entre alimentación y Alzheimer, en especial en el rol de los ácidos grasos omega-3 presentes en el pescado azul del que en su opinión se debieran tomar al menos dos raciones a la semana. De este ácido interesa especialmente el ácido docosahexaenoico, lambien llamado DHA. Tal y como indica: “Hemos visto que añadir DHA a la dieta mejora algunos rasgos característicos de la enfermedad de Alzheimer, como el de la agregación de beta-amiloide. Además de favorecer una correcta circulación cerebral, el DHA reduce la neuroinglamación” -afirma Sala-Vila-.

Incluso personas que han recibido suplementos dietéticos DHA durante dos años, hay una menor caída de la función cognitiva en comparación con los participantes no suplementados. En todos los casos cualquier suplementación tanto de DHA, aceite de coco o vitamina E que se prodigan como grandes benefactores de la actividad cognitiva deben ser recetados por médicos, nunca tomarse al libre albedrío.

¿Es recomendable para el cerebro tomar vino si se tiene Alzheimer?

Los polifenoles del vino parecen ser los principales compuestos responsables de los efectos en la salud atribuidos al consumo moderado de vino, los polifenoles tienen propiedades antioxidantes, antinflamatorias y contribuyen a mejorar el perfil lipídico y regular la glucemia. También se le atribuyen efectos beneficiosos sobre la microbiota intestinal. El resveratrol es el polifenol del vino tinto que ha sido más estudiado, sobre todo en los últimos años, tiene una propiedad antienvejecimiento, por lo que el resveratrol podría jugar un papel en la neuroprotección.

“Algunas investigaciones sugieren que los polifenoles podrían proteger frente el Alzheimer mediante la modulación de algunos mecanismos neuropatológicos. A pesar de estas informaciones, no obstante, aún no hay publicaciones de ensayos clínicos de intervención que evalúen rigurosamente el posible efecto protector del vino para la demencia”. -se indica en el libro “El papel de la nutrición en la prevención del Alzheimer”-. El vino debe estar acompañad de la comida, resultar placentero y no estar contraindicado por enfermedad, trastorno o incompatibilidad con otros alimentos.

“El agua debe ser nuestra bebida principal, puede recomendarse una copa de vino tinto al día (mujeres) y copa y media (hombres)”.

 

10 consejos que debe seguir a la hora de comer una persona con Alzheimer

La dietista-nutricionista Silvia Cardona propone:

  1. Incluir en la dieta alimentos ricos en vitaminas E (frutos secos, semillas, aceitunas…) y vitamina C (Kiwi, pimiento rojo, cítricos) que tienen una función antioxidante protegiendo a las células del estrés oxidativo provocado por los radicales libres. También los flavonoides son sustancias con gran capacidad antioxidante y antiinflamatoria que se encuentran en frutas como los frutos rojos, uvas y naranja o verduras como el brócoli, cebolla y espárragos o en las legumbres y té.
  2. Tomar 2 o 3 raciones de pescado azul a la semana, sobre todo las especies con bajo-medio contenido en mercurio: anchoa, caballa, salmón, sardinas, etc. Su contenido en ácidos grasos omega-3 en especial de ácido docosahexaenoico (DHA) otorga efectos beneficiosos para la salud, entre ellos, un mejor rendimiento de la actividad cognitiva.
  3. Incluir diariamente alimentos del grupo B, especialmente piridoxina (B6) (Pescados, espinacas, hígado, garbanzos, frutos secos, soja y verduras crucíferas (brócoli, coliflor, repollo, coles de Bruselas…).
  4. Ácido fólico (B9) y vitamina B12 (Alimentos de origen animal: carnes, aves, pescado, marisco, huevos y productos lácteos). Niveles óptimos de estas vitaminas están relacionados con la ralentización del deterioro cognitivo.
  5. Beber agua, esencial para mantener la salud física y mental a cualquier edad, y alejarse de refrescos, zumos y bebidas alcohólicas.
  6. Evitar la deficiencia de vitamina D, que regula los niveles de calcio y fósforo en el aparato digestivo. Algunas investigaciones relacionan el déficit de vitamina D con mayor riesgo de varias formas de demencia. Para subir los niveles vitamina D, aumentar la exposición solar y añadir a la dieta productos lácteos, huevos y pescado azul. Productos enriquecidos con vitamina D como yogures, mantequillas y cereales. Si fuera necesario tomar un suplemento si existe déficit lo debe prescribir el médico.
  7. Cocinar los alimentos al vapor, a la brasa o a la plancha mejor que en rebozados fritos. Los guisos con sofritos de tomate, ajo y cebolla también son recomendables, sobre todo cuando se acompañan de verduras, pasta o arroces. Especias y plantas aromáticas son perfectas para aromatizar los platos.
  8. Utilizar con mucha moderación sal, grasas, en especial mantequillas y margarinas, bebidas alcohólicas, quesos semicurados o curados, embutidos y carnes grasas, dulces, aperitivos, bollos industriales, precocinados, bebidas carbonatadas y azucaradas y zumo de frutas (mejor fruta entera).
  9. La Dieta mediterránea es una buena referencia para la salud cardiovascular y también para el cerebro ya que se centra básicamente en la obtención de grasa a través del aceite de oliva, el pescado azul y los frutos secos además de incorporar cereales, vegetales y legumbres como base del plato, acompañado de carnes magras, pescado y huevos. La ingesta de fruta diaria (3 raciones) también es uno de los pilares de la Dieta Mediterránea.
  10. Complementar la dieta con actividad física moderada, al menos una hora diaria en dos tramos, actividad social (conversaciones, relaciones sociales…) y ejercicio cognitivo (lectura, pasatiempos, etc.)

Fuente: Libro “El papel de la nutrición en la prevención del Alzheimer” Fundación Pasqual Maragall

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