El alzhéimer es una enfermedad neurodegenerativa, es decir, causada por una destrucción progresiva de las neuronas cerebrales. Una enfermedad que se corresponde con el tipo más común de demencia –constituye en torno al 60-70% de todos los casos de demencia, para un total de 30 millones de pacientes en todo el planeta– y para la que aún no hay ningún tratamiento capaz de frenar su progresión, menos aún de curarla. De ahí la importancia de conocer los factores de riesgo que, según los estudios, favorecen su aparición. Y es que identificados estos factores, se pueden tomar medidas para tratar de prevenir, o cuando menos demorar, su desarrollo. Es el caso, entre otros, del tabaquismo y de la deficiencia de vitamina D. Y asimismo, del número total de embarazos. Y es que como muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Nacional de Seúl (Corea del Sur), las mujeres que, sin haber sufrido ningún aborto espontáneo, han tenido cinco o más hijos presentan un riesgo notablemente superior de padecer esta enfermedad neurodegenerativa.
Como explica Ki Woong Kim, director de esta investigación publicada en la revista «Neurology», «los niveles de estrógenos se duplican hacia la octava semana de embarazo y posteriormente se elevan para alcanzar unos niveles hasta 40 veces superiores a los normales. De confirmarse en investigaciones ulteriores, es posible que nuestros resultados puedan abrir la puerta al desarrollo de estrategias hormonales para la prevención de la enfermedad de Alzheimer en base a los cambios hormonales en el primer trimestre de gestación».
Fertilidad y alzhéimer
Para llevar a cabo el estudio, los autores contaron con la participación de un total de 3.549 mujeres de Corea del Sur y Grecia con un promedio de edad de 71 años –el tiempo medio transcurrido desde el alumbramiento del primer hijo se estableció en 26 años– y que no tomaban terapia hormonal sustitutiva (THS) ni se habían sometido a una cirugía de extirpación de los ovarios –o lo que es lo mismo, a una histerectomía.
Los autores se centraron tanto en el historial reproductivo de las participantes como en los resultados de los test a los que fueron sometidas periódicamente para evaluar sus capacidades cognitivas –fundamentalmente, sus capacidades de pensamiento y memorización–. Concretamente, 869 participantes padecían deterioro cognitivo leve y 118 habían sido diagnosticadas de alzhéimer. Y el historial reproductivo, es decir, el número total de embarazos y alumbramientos de estas mujeres, ¿condicionó de alguna manera su riego de desarrollo de enfermedad de Alzheimer? Pues sí. Y de forma muy notable.
Las participantes que habían sufrido al menos un aborto espontáneo mostraron un riesgo hasta un 50% inferior de desarrollar alzhéimer
Los resultados mostraron que las participantes que habían tenido cinco o más hijos presentaban un riesgo hasta un 70% de padecer alzhéimer que sus homónimas que habían alumbrado cuatro o menos bebés. De hecho, de las 176 mujeres que tuvieron cinco o más hijos, 59 desarrollaron la enfermedad, frente a únicamente 53 del total de 2.751 participantes que no habían sido tan ‘fecundas’. Además, los resultados fueron independientes de otros factores como la lactancia materna o el empleo de THS.
Es más; las participantes que habían sufrido un aborto espontáneo mostraron un riesgo hasta un 50% inferior de padecer alzhéimer que aquellas que habían llevado todos su embarazos a término. En este caso, de las 2.375 mujeres que habían padecido al menos un aborto espontáneo, 47 habían sido diagnosticadas de esta enfermedad neurodegenerativa, frente a las 71 del total de 1.174 participantes que habían completado todas sus gestaciones.
Entonces, ¿el número de alumbramientos influye sobre las capacidades cognitivas de las mujeres? Pues sí. En los test para evaluar las capacidades de pensamiento y memoria a lo largo de la vida, en los que la puntación máxima es de 30, obtener una puntuación igual o superior a 24 puntos indica una capacidad cognitiva normal, y lograr entre 19 y 23 puntos alerta de problemas cognitivos leves, las participantes con cinco o más hijos obtuvieron una puntuación promedio de 22 puntos –inferior, por tanto, a la lograda por las mujeres que alumbraron a cuatro o menos bebés, de 26 puntos.
Cambios hormonales
Llegados a este punto, ¿qué pasó con los resultados de los test en caso de haber padecido un aborto espontáneo? Pues que en este caso, y con independencia de la cifra final de bebés alumbrados, las mujeres que habían sufrido al menos una interrupción espontánea del embarazo obtuvieron una puntuación promedio más elevada que sus homónimas que habían llevado todas sus gestaciones a término. Por ejemplo, y en el caso de las participantes que tuvieron cinco o más hijos, la puntuación media fue de 23 puntos en caso de haber experimentado uno o más abortos espontáneos –y no de 22, como ocurrió cuando se ‘completaron’ todos sus embarazos.
Pero, este efecto protector de los abortos espontáneos, ¿cómo se explica? Pues la verdad es que no se sabe. Sin embargo, como concluye Ki Woong Kim, «es posible que la elevación modesta de los niveles de estrógenos en el primer trimestre de embarazo se encuentre dentro del rango óptimo de protección de las capacidades cognitivas».
Fuente: www.abc.es