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Uno de cada cuatro ciudadanos tendrá más de 65 años en el año 2031.

 

No ha habido sorpresas en la publicación de las Proyecciones de Población a corto (15 años) y largo plazo (50) llevado a cabo por el Instituto Nacional de Estadística (INE), a menos que los cambios anunciados hace dos décadas relativos a el envejecimiento de la población s’aguditazaran, mientras que la población activa verá reducida su presencia y, también, la capacidad de hacer frente a los gastos que ello conlleva. Los datos de este informe vuelven a constatar que la ausencia de políticas de apoyo a la natalidad (pasadas y actuales) están impidiendo el tan necesario recambio generacional, comprometiendo el futuro de la sociedad.

La única solución a corto plazo pasa por el aumento de la inmigración, una esperanza que no impedirá, sin embargo, la pérdida de la población en medio millón de personas el 2031, situándose por debajo de los 46 millones. Especialmente preocupante es la pérdida de población entre los 30 y los 49 años, que se reducirá cerca de 4,2 millones, un 28,5% menos en este momento.

Los expertos vaticinan que dentro de 15 años, el 25,6% de ciudadanos tendrán más de 64 años y llegarán casi a los 12 millones. Esto supone 3 millones de mayores de esta edad que los que hay en la actualidad. Y dentro de este macrogrupo, destaca el incremento de la población de más de 70 años (1,3 millones más) y de 80 años en adelante, en casi 900.000. En caso de que se mantengan las tendencias actuales (el INE hace una proyección futura partiendo de la foto fija de ese momento), la tasa de depenedència incrementaría del 53,5% actual al 62,2% dentro de 15 años.

Paralelamente, España continuará ‘perdiendo’ niños. Se calcula que dentro de 15 años nacerán 1,2 millones niños menos que los que nacen actualmente. Y ello a pesar de que la tasa de fecundidad, es decir, el número de hijos por mujer en estado fértil, aumentará (del 1,33 actual al 1,36). El problema, tal y como explican fuentes del INE, es que el porcentaje de mujeres en estado procrear no deja de reducirse. De hecho, el número de mujeres de entre 15 y 49 años descenderá en 1,8 millones (16,6%). A estos datos hay que añadir el retraso de la edad media en cuanto a la maternidad, que en este momento es una de las más altas de Europa (31,9 años) y que lo seguirá siendo según los expertos. Se estima que el 2031 la edad media de la mujer que tiene su primer hijo se situará en casi los 33anys.

Según los expertos del INE, entre el 2016 y el 2030 nacerán cerca de 5,3 millones de niños, un 22% menos que en los 15 años previos. Estos datos, junto con el aumento de la mortalidad por el incremento de la poblaciógran, explica que España pierda población, una situación que no paliará la inmigración. El INE estima que después de’uns años de más emigración que de inmigración en consecuencia de la crisis, el flujo de cdiutadans que llegan del extranjero será superior a los que se van (saldos migratorios positivos de aproximadamente 30.000 o 50.000). Pero, en este punto, los estadísticos mantienen sus dudas, ya que los movimientoss de poblaciones son más difíciles de proyectar. Basta recordar la llegada masiva de extranjeros a comienzos del sXXI y su marcha en los años de la crisis.

La realidad demográfica española se completa con el aumento de la esperanza de vida, que alcanza los 83,2 años en los hombres y los 87,7 en las mujeres el 2031, 3,3 años y 2,3 años respectivamente.

Una comunidad destaca por encima del resto en cuanto a ganancia de población: Madrid, con 331.453 habitantes más. A mucha distancia se situarían Canarias, Baleares, Murcia y Cataluña (poco más de 16.000). El resto de las comunidades proseguirá el camino del declive de población, sobre todo, Castilla y León (262.000), Galicia (230.000) y Castilla- La Mancha (140.000).

El INE también ha publicado proyecciones a corto plazo sobre los hogares y destaca el incrememnt de personas que vivirán solas. El 2031 habrá más de 5,5 millones de hogares unipersonales, el 28,6% del total. El tamaño de los hogares también se reducirá: la media pasará en 15 años de 2,5 a 2,31 personas, y los hogares con más de tres personas se reduce un 25%.

 

La singularidad de España en la OCDE

Cuando se examina el peso del gasto social en la economía, España destaca entre los países agrupados en la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico) para un dato estadístico singular: es donde las prestaciones de ayuda a los parados representan una de las partes más altas en porcentaje del PIB: en conret un3,7%. Esto se explica porque, como agregado, el gasto social en España parece más elevada que la media de la OCDE (25% T del PIB versus 21%). En realidad, hay partidas que son inferiores al resto de países.

La OCDE reconoce, por ejemplo, que entre 2010 y 2013 el gasto social española dedicada a las pensiones se ha ido desacelerando por efecto de la última reforma que prevé un aumento gradual de la edad de jubilación.

 

 

 

Fuente: Celeste López, La Vanguardia