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Alzheimer: nuevos fármacos y formas de entrenamiento.

 

Casi 3 docenas de nuevos medicamentos para el Alzheimer podrían llegar al mercado en los próximos 5 años, afirman los investigadores.

Eso incluye a 27 medicamentos en ensayos clínicos de fase 3, que es la última en el proceso de revisión de medicamentos. También incluye 8 medicamentos en ensayos clínicos de fase 2, según un análisis de los investigadores de ResearchersAgainstAlzheimer’s (RA2), una red de trabajo de UsAgainstAlzheimer.

«Ya toca que los proyectos para la enfermedad de Alzheimer, desbaratados por décadas de fracasos y de pocas inversiones, logren grandes victorias», dijo George Vradenburg, cofundador y presidente de UsAgainstAlzheimer.

«Gracias al aumento de las inversiones de los líderes del sector, seguimos teniendo un optimismo cauto con respecto a que la actual cosecha de innovaciones sobre el Alzheimer en etapa tardía traiga a las familias unas soluciones muy necesarias en un futuro cercano», dijo en un comunicado de prensa de la red.

«No hay ninguna panacea con respecto al tratamiento del Alzheimer», dijo el Dr. David Morgan, miembro fundador de RA2 y profesor de farmacología molecular y fisiología en la Universidad del Sur de Florida.

«Cuanto más sabemos sobre la patología subyacente al Alzheimer, más nos acercamos a una cura para una enfermedad que supone una enorme carga para los pacientes, los cuidadores y los sistemas de salud global», añadió en el comunicado de prensa.

Aproximadamente 5.5 millones de estadounidenses tienen Alzheimer. En 2050, el número de casos en Estados Unidos podría ser de hasta 16 millones, según la Asociación del Alzheimer (Alzheimer’s Association).

Las muertes por la enfermedad aumentaron un 55 por ciento entre 1999 y 2014, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.

Una cuestión principal es si los sistemas de atención de la salud en todo el mundo asegurarán que las personas con o en riesgo de Alzheimer tengan acceso a los nuevos tratamientos.

«Al Alzheimer habitualmente se diagnostica de forma incorrecta, y Estados Unidos sufre una escasez de geriatras, y estos problemas solo crecerán a medida que la generación de posguerra se haga mayor», dijo Vradenburg.

«Los líderes de los sectores privado y público necesitarán trabajar de cerca con las aseguradoras en los próximos años para asegurarse de que los pacientes tengan acceso a estos medicamentos cuando estén disponibles», concluyó.

El análisis se presentó el martes en la Conferencia Internacional de la Asociación del Alzheimer, en Londres, Inglaterra. La información presentada en las reuniones se considera preliminar hasta que se publique en una revista revisada por profesionales.

 

Un entrenamiento especial y la medicación podrían ayudar a las personas con un Alzheimer avanzado

Las personas con un Alzheimer avanzado pueden volver a aprender algunas habilidades básicas cuando reciben un entrenamiento especial junto con la medicación, sugiere un pequeño estudio.

La investigación, que incluyó a 20 pacientes de Alzheimer, puso a prueba a un programa que combina un «coaching de la memoria» especializado con otros servicios, incluyendo el entrenamiento y los grupos de respaldo para los familiares cuidadores.

Los investigadores encontraron que añadir el programa a la medicación (memantina [Namenda]) mejoró la capacidad de los pacientes de realizar las tareas cotidianas, como vestirse y bañarse por sí solos, a lo largo de 6 meses.

Aunque el grupo de estudio era pequeño, los resultados demuestran una idea básica, según el investigador principal, el Dr. Barry Reisberg.

«Las personas con un Alzheimer más grave todavía pueden aprender», dijo Reisberg, profesor de psiquiatría en el Centro Médico Langone de la NYU de la ciudad de Nueva York.

A medida que progresa el Alzheimer, explicó Reisberg, las personas experimentan un aumento en la dificultad con el cuidado cotidiano, como vestirse, bañarse y usar el baño. Finalmente eso empeora hasta llegar a la incontinencia y a la dependencia total de los cuidadores.

El nuevo estudio se basa en la premisa de que los pacientes pueden «volver a aprender» esas habilidades básicas, una idea que ha recibido poca atención debido a la naturaleza progresiva del Alzheimer, según Reisberg.

Reisberg presentó los hallazgos del estudio el domingo en la Conferencia Internacional de la Asociación del Alzheimer (Alzheimer’s Association), en Londres, Inglaterra. Los resultados presentados en reuniones médicas generalmente se consideran preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.

Más de 5 millones de estadounidenses padecen de Alzheimer, según la Alzheimer’s Association. La mayor parte de su cuidado recae en los familiares.

De hecho, según la asociación, los estadounidenses proporcionaron más de 18 mil millones de horas de cuidado del Alzheimer sin recibir ningún pago solo en 2016.

Hay una gran necesidad de terapias conductuales y de servicios de respaldo para aliviar el problema, según una especialista en geriatría, la Dra. Gisele Wolf-Klein.

El objetivo no es solo ayudar a los pacientes, sino ofrecer un alivio a los cuidadores exhaustos, dijo Wolf-Klein, directora de educación geriátrica en Northwell Health en Great Neck, Nueva York.

Ya hay otros recursos disponibles, incluyendo los grupos de respaldo para los cuidadores, dijo Wolf-Klein. También hay «centros de atención diurna para personas mayores» que dan a los pacientes de Alzheimer la oportunidad de socializar, y podrían ofrecer servicios que ayuden con los síntomas.

«Esos programas pueden ayudar a estabilizar algunos de los síntomas conductuales, como la conducta ‘antisocial’, que con frecuencia son la parte más perturbadora de la enfermedad para las familias», dijo Wolf-Klein.

Pero los servicios de los centros diurnos u otros centros de la comunidad varían de un lugar a otro, según la Asociación del Alzheimer.

Y pocos realmente atienden a los pacientes en las etapas más avanzadas del Alzheimer, comentó Barbara Vogel, trabajadora social en el Centro de Medicina Geriátrica y Cuidados Paliativos de Northwell Health.

Lo que es clave sobre el programa del nuevo estudio es que está dirigido a la etapa posterior de la enfermedad, dijeron Vogel y Wolf-Klein.

Según Reisberg, el programa se basa en una teoría que su equipo llama «retrogénesis». La idea es que las personas con Alzheimer pierden sus habilidades del cuidado diario en orden inverso al que las adquirieron cuando eran niños pequeños.

Pero los investigadores creen que los pacientes pueden volver a aprender esas habilidades, si su entrenamiento se ajusta a la edad de desarrollo en que las adquirieron en primer lugar.

Pusieron a prueba esta idea al azar asignando a 20 familias a realizar el programa, o a mantenerse con el tratamiento estándar. Los pacientes de ambos grupos tomaban memantina, y se dio a las familias del grupo de tratamiento estándar una remisión a los servicios comunitarios, incluyendo los centros diurnos, los grupos de respaldo, la fisioterapia y la terapia ocupacional.

Los cuidadores del programa recibieron primero una sesión de entrenamiento general, dijo Reisberg. Luego los terapeutas hicieron visitas a domicilio, para dar a los pacientes un coaching de memoria en las habilidades que habían perdido.

Cuando se evaluó a los pacientes después de 28 semanas, los que estaban en el programa tuvieron una puntuación más alta en una medición estándar de las habilidades básicas. En comparación con el inicio del estudio, mejoraron en 6 puntos en promedio, frente a 3 puntos en el grupo de atención estándar.

Para ponerlo en un contexto más amplio, Reisberg apuntó a un ensayo de 2003 que probó la memantina sola (un ensayo que él dirigió).

En comparación con los beneficios modestos que se observaron entonces, los pacientes de este estudio obtuvieron una puntuación 7.5 veces más alta cuando recibieron el entrenamiento especializado junto con la memantina.

«Tomar la medicación es importante, pero obviamente necesitamos hacer más», dijo Reisberg. «Los efectos de la medicación son relativamente pequeños. Los efectos de añadir este [entrenamiento] pueden ser grandes».

Se necesitan investigaciones de mayor tamaño y a más largo plazo, dijo Wolf-Klein. Y según Reisberg, los resultados de un estudio de un año de duración llegarán pronto.

Por ahora, Wolf-Klein sugirió que las familias busquen recursos ya disponibles en su comunidad, al preguntar a su médico, a la sucursal local de la Asociación del Alzheimer o a los centros de personas mayores cercanos.

 

Fuente: http://www.intramed.net