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Cerveza y tabaco contra el Alzheimer.

 

El trabajo científico de los investigadores, en su afán por encontrar componentes útiles para combatir el Alzheimer, les lleva a veces a hallar ayudas en sitios que, a priori, no parecen los más adecuados.

Según una investigación publicada en el Journal of Agricultural and Food Chemistry, existe un componente de la cerveza que puede ayudar a proteger las células del cerebro contra un tipo de daño que se relaciona con ciertas enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer.

Este componente es el Xanthohumol, un flavonoide que se encuentra en el lúpulo y la cerveza y que se postula como potencial candidato para la prevención de estas enfermedades, que se calcula que afectan a 1.150.000 familias españolas.

Tras los resultados obtenidos en la investigación se ha determinado que al juntar células neuronales con Xanthohumol este, no solo limpia las moléculas activas que estaban provocando daños neuronales, sino que además ayuda a la regulación positiva de ciertos genes protectores, llamados citoprotectores.

Estas sustancias son las que se encargan de proteger las células dentro del organismo frente a los efectos dañinos del estrés oxidativo.

Según los investigadores, el interés hacia el Xanthohumol ha crecido significativamente durante los últimos años debido a la amplia gama de beneficios que genera para la salud. Además, no solo se encuentra en la cerveza, también se puede encontrar en el chocolate, las bayas o el vino tinto, entre otros.

 

Por otro lado, La investigadora chilena Valentina Echeverría dio a conocer este viernes en Santiago de Chile los avances de una innovadora terapia para tratar el alzheimer a base de cotinina, una molécula derivada del tabaco.

«La función principal de la cotinina en el organismo es aumentar la plasticidad cerebral, es decir, la capacidad de las neuronas de comunicarse entre sí», señaló a los periodistas Echeverría.

La investigadora aseguró que el consumo de este derivado del tabaco no solo disminuye la enfermedad, que padecen más de 15 millones de personas en el mundo, sino que también aumenta la capacidad de memoria y aprendizaje.

Según la especialista, la cotinina es de fácil absorción, por lo que un anciano podría tomar una píldora al día y comenzaría a acumularse en el cerebro, algo clave para comenzar a aminorar los síntomas del alzheimer.

La investigadora explicó que experimentos realizados por un equipo de la estadounidense Universidad de Georgia posteriores a los suyos llegaron a las mismas conclusiones en cuanto al uso de la cotinina contra el alzheimer.

Echeverría, docente investigadora asociada de la Universidad Autónoma de Chile, lleva más de diez años estudiando nuevas terapias para combatir esta enfermedad en diversos laboratorios universitarios de Estados Unidos. Debido a sus contribuciones en esta área y en la de desórdenes del estrés postraumático, el año pasado la investigadora fue nominada en Estados Unidos al premio Presidencial en Ciencias e Ingeniería como Investigadora Biomédica 2014.