Científicos de la Universidad israelí de Haifa han conseguido mejorar los mecanismos de aprendizaje y memoria en ratones de laboratorio con el mal de Alzheimer, mediante el bloqueo de una proteína dominante en el desarrollo de la enfermedad.
Así lo aseguran los científicos del laboratorio de Neurobiología dirigido por el profesor Kobi Rosemblum, y del que da cuenta el diario Haaretz en su edición del pasado 15 de diciembre.
El nuevo estudio ha dado muestras de éxito en ratones con alzhéimer esporádico, que caracteriza al 90% de las personas que acaban desarrollando la enfermedad.
«Durante los últimos 30 años, la investigación de la enfermedad se ha centrado en la patología, de responder a la pregunta de qué es lo que ocurre en el cerebro», dijo Rosemblum al diario, y agregó que la suya se origina a partir de una nueva perspectiva: «la de mejorar la memoria».
«No creemos que podamos curar o resolver la enfermedad, pero creemos que podemos mejorar el funcionamiento cognitivo durante un cierto período de tiempo y ofrecer al paciente tiempo adicional de un funcionamiento normal», agregó.
En el epicentro de la investigación está una proteína conocida por el nombre de PKR, y que es uno de los síntomas biológicos más destacables de la enfermedad.
La actividad de esta proteína es regida y controlada por otras que influyen en ella, como la eIF2, que ayuda a consolidar la memoria a largo plazo con su actividad regeneradora de terceras proteínas, en este caso, la ATF4.
El mal funcionamiento de la ATF4 como parte del proceso de autodefensa de las neuronas afecta al proceso de aprendizaje y memorización, pero el bloqueo del mecanismo biológico que la produce a partir de PKR produce un efecto de frenado en el deterioro cognitivo.
Dosis de un elemento que neutraliza o reduce la actividad de esta última proteína fue inyectado en ratones de laboratorio, produciendo un resultado optimista sobre la posibilidad de aplicar la técnica en enfermos de alzhéimer esporádico.
Aunque advierten que el camino es aún largo, la técnica aplicada ha sido registrada como patente y los investigadores han creado una empresa «start-up» para sintetizar un medicamento apropiado para los seres humanos.
Cabe recordar que en abril del 2014, unos científicos catalanes lograron revertir, en ratones de laboratorio, la pérdida de memoria en la fase inicial de la enfermedad de manera que, con su terapia génica, los animales recuperaron la capacidad de recordar.
Carlos Saura y sus colegas del Instituto de Neurociencias de la Universidad Autónoma de Barcelona, hicieron su investigación con unos ratones modificados genéticamente para que produzcan niveles elevados de la proteína beta-amiloide que se acumula en el cerebro de los pacientes de alzhéimer en forma de placas. Con ellos descubrieron que el gen Crtc1, un activador de cientos de otros genes implicados en las conexiones neuronales, está alterado en estadios iniciales de la enfermedad, en los ratones y en muestras cerebrales humanas. Además, aplicaron una nueva terapia génica directamente en el hipocampo, “la región del cerebro donde se procesa y almacena ese tipo de memoria de situaciones, tiempo, lugares…”, señala Saura.