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Consejos para disfrutar de las fiestas navideñas con una persona con Alzheimer.

¿Cómo podemos celebrar de la mejor forma la Navidad con un familiar con Alzheimer?

Para las personas con Alzheimer y sus cuidadores, las reuniones familiares y los cambios de rutina que suponen las fiestas navideñas pueden llegar a suponer momentos difíciles y dolorosos, ya que los enfermos se pueden sentir desorientados y compartir mesa y conversación con más gente puede generar preocupación a los cuidadores.

Las fiestas navideñas con una persona con Alzheimer pueden no ser fáciles y siempre dependen del estado en que se encuentra el enfermo y cómo esté avanzando la enfermedad.

A continuación queremos dejaros una serie de consejos que esperamos que les ayuden a pasar unas fiestas de la mejor manera posible:

  • Debemos ser realistas. Todos somos conscientes de que estas fechas son épocas de reencuentros familiares, donde se intenta por todos los medios que prime la alegría. Las Navidades con un paciente de alzheimer pueden ser perfectamente una oportunidad de armonía en la familia y el esparcimiento, pero no debemos cometer el error de comportarnos como si no pasara nada.
  • Involucrar a la persona con Alzheimer en las tradiciones familiares. Es bueno mantener las tradiciones familiares e involucrar a la persona con Alzheimer, siempre que no le genere malestar o frustración, y adaptando siempre su participación al grado de afectación que presente. Por ejemplo, puede colaborar en los preparativos de las comidas, en la creación o colocación de elementos decorativos, cantar o escoltar aldeas. Este tipo de actividades pueden favorecer la recuperación de recuerdos y emociones positivas, pero también negativas o que induzcan a la melancolía, en el que es recomendable acompañar cariñosamente a la persona y tratar de cambiar de actividad por otra que la pueda animar.
  • Respetar la rutina es, como siempre, esencial. Aunque en estas fechas festivas es común empezar las comidas más tarde y prolongar las sobremesas, es básico mantener ciertos hábitos de la persona con Alzheimer. Por ejemplo, procurar que los elementos estructurales del día a día se mantengan en su orden habitual: la secuencia de levantarse, almuerzo, higiene, vestirse… También es importante tratar de respetar el descanso necesario. disponer de un espacio tranquilo para que pueda realizar la siesta o relajarse si se siente confusa o nerviosa.
  • En cuanto a los menús, es necesario tener en cuenta las posibles dificultades de la persona con Alzheimer, tanto por el uso de los cubiertos, como a la hora de identificar alimentos o preparaciones no habituales, por disminución del apetito o, por el contrario , de dificultades para percibir las señales de saciedad. Por eso, se aconseja supervisar lo que come, pero con la suficiente flexibilidad para permitir que disfrute de las comidas en estas fechas.
  • Implicarlo en los preparativos. Asignándole tareas sencillas, siempre en función de las limitaciones que tenga a causa del avance de la enfermedad. Ayudarnos a decorar el árbol, la comida o los regalos, puede ayudarle a mantenerlo concentrado haciéndole sentir a la hora útil.
  • La decoración del hogar debe ser simple. La iluminación típica de estas fiestas suelen desconcertar y desorientar al enfermo, por lo que hay que tener en cuenta que si pasa la Navidad con un paciente de alzheimer, debemos decorar muy poco la casa. Las luces con repeticiones rápidas y muchos colores del árbol, decoración sobre espacios que la persona no desea, etc.
  • Las celebraciones deben ser tranquilas. Tanto durante las comidas como en la sobremesa debemos cuidar mucho el no ser ruidosos, poner música alta o minimizar el alboroto derivado de las típicas charlas de sobremesa, ya que pueden crear desazón al enfermo y eso no es nada bueno. Es importante también evitar discusiones, teniendo en cuenta que la persona con Alzheimer puede no recordar posteriormente los detalles de la discusión, pero sí puede oír las emociones negativas que se experimentaron durante ese momento. Así pues, lo ideal es procurar evitar que se produzcan este tipo de situaciones o tratar de reconducirlas.
  • Mantener la calma y gozar de la familia. En algunas ocasiones, las personas que padecen Alzheimer pueden comportarse de forma socialmente inapropiada, lo que puede resultar desconcertante. Ante este tipo de situaciones es crucial comprender que no somos responsables de su comportamiento y actuar distrayendo a la persona afectada redirigiendo su atención hacia otras actividades, conversaciones o estímulos. Por último, es fundamental restar importancia a la situación y reanudar la normalidad.
  • Evitar los traslados y organizar las visitas de los miembros de la familia. Si el paciente está en una fase avanzada de la enfermedad o ingresado en un centro, no es conveniente que salga de su entorno, ya que esto puede generar mucho estrés y ansiedad. Así como las visitas de los familiares, que deben realizarse durante la madrugada, momento en el que se encuentran, generalmente, más descansados y animados. Estas visitas deben ser organizadas para que no se junten muchas personas a la vez.
  • En estas fechas tan entrañables no olvides darle todo el amor que necesita. Dentro de lo difícil que pueda ser -o no-pasar una Navidad con un paciente de Alzheimer a causa de su enfermedad, no olvides que es una buena ocasión para dedicarle tiempo y darle todo el amor que necesita.
  • Informar a toda la familia, también a los más jóvenes, del estado de la persona afectada. En muchas ocasiones, no todos los miembros de la familia conocen el estado real de la persona con Alzheimer y es crucial informarles y brindar pautas básicas para que actúen con ella de forma natural y sin temor. Esto incluye involucrar a los más jóvenes, adaptando el mensaje a cada edad, para facilitar una comprensión completa y una interacción respetuosa.
  • Colaborar para que la persona cuidadora descanse. Es esencial tener en cuenta la situación de la persona cuidadora y es recomendable que el resto de los familiares colaboren en los preparativos y compartan la responsabilidad de los cuidados durante estas reuniones, permitiendo que todos puedan disfrutar de las festividades.
  • Los niños son un estímulo positivo. En estas fechas es habitual una reunión amplia de la familia, incluyendo a los niños, si los hubiere. Éstos pueden ser un estímulo positivo para la persona con Alzheimer y una oportunidad para fomentar su relación. Sin embargo, es necesario regular esta interacción, ya que la energía de los más jóvenes podría verter o cansar en exceso a la persona con Alzheimer. En este sentido, los adultos deben colaborar, informarles de la situación para favorecer una mejor interacción y la comprensión de sus dificultades, así como estar presentes para intervenir si es necesario.

La AFA Baix Llobregat os desea Felices Fiestas! 🙂