es

El 80% de los pacientes con Alzheimer está al cuidado de un familiar que suele tener más de 65 años

 

Además, en las actuales condiciones de aislamiento, la vida diaria de la persona con Alzheimer y de su familiar-cuidador se vuelve mucho más compleja. Así, según el experto, los pacientes con Alzheimer son muy sensibles a cualquier cambio que se produzca en su rutina diaria, requiriendo además una gran cantidad de atención práctica, ya que pueden volverse más ansiosos, enojados, estresados, agitados o retraídos.

Desde que se declaró el estado de alarma por coronavirus en España, las asociaciones que ayudan a las familias con Alzheimer han tenido que cesar su actividad presencial, lo que significa que 200.000 familias han dejado de recibir los servicios especializados presenciales y los cuidados que ofrecen estas entidades.

Las familias que dependen de programas de cuidado de sus familiares en asociaciones especializadas o de cuidadores que les ayudan en su propio domicilio se encuentran ahora con esa responsabilidad a tiempo completo, sin ningún tiempo disponible para ellos. En esta situación, está aumentando en el cuidador la sensación de soledad y de carga diaria, a lo que hay que sumar las dificultades con las relaciones y el comportamiento de la persona con Alzheimer.

«Ante la incapacidad de acceder a los servicios y actividades presenciales habituales, es vital que desde la FAE les prestemos asesoramiento, consuelo y apoyo telefónico, y a través de plataformas ‘on line’. Necesitamos proporcionarles e intercambiar recursos prácticos y de apoyo emocional durante este momento difícil, como guías de autoayuda para reducir el estrés, ejercicios de relajación o pautas para conseguir la mayor normalidad posible», ha afirmado Navarro.

Concretamente, desde la organización se publica cada semana una circular informativa con pautas y recursos, que se envía por correo electrónico y se publica en su web y redes sociales; se actualizan sus redes sociales con noticias e información relevante; y se presta atención telefónica y mediante correo electrónico, de forma rutinaria, a demanda y si se detecta una necesidad específica, para solventar dudas y prestar apoyo.

«Una de nuestras actividades centrales durante el confinamiento está siendo el servicio de psicoestimulación, por el que se envía periódicamente a las familias ejercicios cognitivos adaptados y también corregimos cómo lo realizan los pacientes. Así, mantienen, en la medida de lo posible, la estabilidad cognitiva, están estimulados, disfrutan de esta beneficiosa rutina diaria, y así, su posterior reincorporación a los grupos de psicoestimulación en la FAE, será lo más normalizada posible», ha indicado Navarro.

 

 

Fuente: EUROPA PRESS