Además, en las actuales condiciones de aislamiento, la vida diaria de la persona con Alzheimer y de su familiar-cuidador se vuelve mucho más compleja. Así, según el experto, los pacientes con Alzheimer son muy sensibles a cualquier cambio que se produzca en su rutina diaria, requiriendo además una gran cantidad de atención práctica, ya que pueden volverse más ansiosos, enojados, estresados, agitados o retraídos.
Desde que se declaró el estado de alarma por coronavirus en España, las asociaciones que ayudan a las familias con Alzheimer han tenido que cesar su actividad presencial, lo que significa que 200.000 familias han dejado de recibir los servicios especializados presenciales y los cuidados que ofrecen estas entidades.
Las familias que dependen de programas de cuidado de sus familiares en asociaciones especializadas o de cuidadores que les ayudan en su propio domicilio se encuentran ahora con esa responsabilidad a tiempo completo, sin ningún tiempo disponible para ellos. En esta situación, está aumentando en el cuidador la sensación de soledad y de carga diaria, a lo que hay que sumar las dificultades con las relaciones y el comportamiento de la persona con Alzheimer.
«Ante la incapacidad de acceder a los servicios y actividades presenciales habituales, es vital que desde la FAE les prestemos asesoramiento, consuelo y apoyo telefónico, y a través de plataformas ‘on line’. Necesitamos proporcionarles e intercambiar recursos prácticos y de apoyo emocional durante este momento difícil, como guías de autoayuda para reducir el estrés, ejercicios de relajación o pautas para conseguir la mayor normalidad posible», ha afirmado Navarro.
Concretamente, desde la organización se publica cada semana una circular informativa con pautas y recursos, que se envía por correo electrónico y se publica en su web y redes sociales; se actualizan sus redes sociales con noticias e información relevante; y se presta atención telefónica y mediante correo electrónico, de forma rutinaria, a demanda y si se detecta una necesidad específica, para solventar dudas y prestar apoyo.
«Una de nuestras actividades centrales durante el confinamiento está siendo el servicio de psicoestimulación, por el que se envía periódicamente a las familias ejercicios cognitivos adaptados y también corregimos cómo lo realizan los pacientes. Así, mantienen, en la medida de lo posible, la estabilidad cognitiva, están estimulados, disfrutan de esta beneficiosa rutina diaria, y así, su posterior reincorporación a los grupos de psicoestimulación en la FAE, será lo más normalizada posible», ha indicado Navarro.
Fuente: EUROPA PRESS