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El 95% de demencias comparte una base genética común.

 

Cristina Sáez- Cada tres segundos una persona en el mundo desarrolla demencia, un término que agrupa diversas enfermedades neurodegenerativas que afectan la memoria, el razonamiento, el comportamiento, las emociones, y que acaban despojando a quienes la padecen de todo aquello que, seguramente, nos hace humanos. Y sin embargo y pese a su elevada prevalencia –hay cerca de 50 millones de personas afectadas en el mundo-, se sabe muy poco acerca de las bases celulares y moleculares de estas enfermedades, y no existen tratamientos efectivos.

Todas las demencias, la más conocida de las cuales es la asociada alAlzheimer, comparten síntomas muy similares y cuando se analizan muestras de tejido cerebral se observan características parecidas. Esas similitudes llevaron a un equipo de científicos del Institut d’Investigacions Biomèdiques de Bellvitge (IDIBELL) a sospechar que debía existir una base biológica compartida por todas ellas.

En un artículo que publican en la revista Translational Psychiatry sugieren que este conjunto de enfermedades neurodegenerativas poseen de forma común un grupo de 20 genes alterados que podrían ser el detonante de la demencia, que luego evoluciona en enfermedades distintas, con características moleculares y celulares diferentes. Esas alteraciones son epigenéticas, es decir, se trata de los cambios que se producen en los genes debido a interacciones con el medio ambiente, por ejemplo si fumamos, llevamos una dieta inadecuada o estamos expuestos a contaminantes.

Este descubrimiento es crítico en la comprensión de estas enfermedades, podría proporcionar nuevos biomarcadores para detectar de forma temprana la enfermedad, y también abre la puerta anuevos tratamientos farmacológicos.

“Hemos identificado los primeros eventos que suceden en el cerebro cuando se empieza a desarrollar una demencia –apunta el investigador Icrea Manel Esteller, quien es coautor del artículo y dirige el Programa de Epigenética y Biología del Cáncer (PEBC) de IDIBELL-. La epigenética podría subyacer a los cambios moleculares que se producen y que acaban generando la enfermedad”, añade.

Cuando los genes se alteran

Los investigadores se centraron en el estudio de las demencias más comunes -que suponen el 95% de todos los casos- y con mayor prevalencia, como son, además de la asociada al Alzheimer, la relacionada con los cuerpos de Lewy, con el Parkinson y con el Síndrome de Down, todas ellas muy complejas causadas por una combinación de factores genéticos y medioambientales.

“El por qué comienza la enfermedad podría explicarse gracias a la epigenética, que estudia los cambios que se producen en el genoma y que pueden ser estables y duraderos en el tiempo, e incluso pasar de una generación a otra –apunta el investigador postdoctoral de IDIBELL Raúl Delgado-Morales, coautor del artículo-. A veces en una misma familia se dan varios casos de Alzheimer, el padre, el abuelo, el bisabuelo; no se trata de un caso genético, porque el tipo de Alzheimer genético supone un porcentaje muy bajo de los casos, sino epigenético”.

Estudiaron las marcas químicas en el genoma

Utilizando muestras procedentes de un banco de cerebros, primero analizaron el epigenoma completo de la región prefrontal del córtex, una de las áreas más afectadas por la demencia, de siete pacientes. De ese primer análisis lograron identificar los genes clave en las enfermedades y luego comprobaron esos resultados en muestras de otros 100 pacientes más.

“Encontramos 20 genes, importantes para muchas funciones, que estaban ‘apagados’ o ‘encendidos’ erróneamente. Entre esos había dos que eran especialmente importantes puesto que ya habían sido identificados en investigaciones anteriores, lo que refuerza la solidez de nuestros resultados”, apunta Esteller.

Uno de esos genes a que este experto en epigenética hace referencia es ankirina1, implicado en el citoesqueleto celular, la estructura de la célula, así como en la transmisión de mensajes de una neurona a otra. El segundo es el RHBDF2, relacionado con la inflamación cerebral.

Reutilizar fármacos para acelerar el tratamiento

“El siguiente paso será estudia si esos genes alterados que hemos visto pueden ser diana de fármacos”, explica Esteller. Para ello, lo primero será ver de todos esos genes cuáles se alteran antes o desempeñan un papel clave en la activación o desactivación del resto y dirigir contra ellos los fármacos.

Para Delgado-Morales, “Se trata de reajustar esos genes que se han desregulados, no de cambiarlos. Y para ello se podrían usar fármacos ya probados para otras demencias, por ejemplo un medicamento para el Parkinson que también pueda ser efectivo para el Alzheimer o Parkison, puesto que comparten una misma base genética. Eso aceleraría el tratamiento de esos pacientes. ”.

Font-la Vanguardia digital.