Nada es perfecto, y la memoria tampoco, es además un tema que nos preocupa a todos, pues nos asusta el poder perderla, ya que es esta la capacidad cognitiva en la que notamos un mayor declive con la edad. Por ello es importante que conozcamos todos aquellos factores que le afectan negativamente para, en la medida de lo posible, manejarlos o evitarlos siempre que podamos. De igual manera es necesario que sepamos todo lo que podemos hacer para cuidarla y potenciarla. Y es que como muchas de nuestras otras capacidades, la memoriatambién funciona como un músculo, por lo que se puede trabajar y desarrollar.
Según explica la doctora Marisa Navarro, en su libro «El efecto tarta» donde ofrece una serie de técnicas para aprender a cuidarnos, entre los peores enemigos para todas nuestras capacidades cognitivas se encuentra el estrés, que mantenido en el tiempo, hace que se segreguen continuamente en sangre adrenalina y cortisol, que son sustancias que pueden perjudicar a nuestro cerebro, destruyéndose conexiones neuronales e impidiendo que se creen nuevas neuronas. También un estado de ánimo bajo permanente, la depresión y las obsesiones nos afectan negativamente, al producirse una disminución de la serotonina, que es necesaria para una adecuada comunicación entre las neuronas, produciéndose una disminución de la atención y la concentración. Además alteraciones de la glándula tiroides, la hipertensión, fumar, algunos fármacos, infecciones y dietas con alto contenido en grasas o carencias de vitamina B12, pueden también ser causa de alteraciones en nuestra memoria. Ya que todo aquello que afecte negativamente a nuestras neuronas, lo hará también a nuestra memoria.
La buena noticia es que también tenemos en nuestra mano, la posibilidad de proteger y entrenar nuestra memoria. Así la doctora Marisa Navarro enumera algunas de las acciones que más la benefician como:
-Dormir adecuadamente: mientras dormimos no sólo descansamos y nos recuperamos física y psicológicamente, sino que se producen procesos donde se consolida y fija la memoria. Además cuando no dormimos bien, ocurre que durante el día podemos encontrarnos aturdidos y con falta de atención. Por ello, se recomienda dormir las horas necesarias, que son aquellas que se necesiten para encontrarnos descansados, preferiblemente por la noche, pero también ayuda mucho, si es posible, intentar echarse una siesta, de entre veinte minutos y una hora, pues este receso en mitad de la jornada, además de fijar la memoria, hace que descansemos y nos relajemos, lo cual permitirá que al despertar estemos más atentos y con más capacidad de concentrarnos y retener.
– Tener relaciones sexuales: también la potencia, ya que estas segregan oxitocina (la llamada «molécula del amor»), serotonina, que levanta nuestro ánimo, y endorfinas, que nos producen sensación de placer y euforia. Todas estas sustancias influyen positivamente en nuestro sistema nervioso y en consecuencia potencian nuestra memoria.
– Navegar por Internet: a veces se echa la culpa a internet de la mala memoria, pero mientras navegas, estás buscando, leyendo, interpretando, comparando, etc. No importan los datos que se busquen o si estás en redes sociales. Nuestra memoria se verá beneficiada, pues se va adaptando a las nuevas tecnologías, y así solemos retener menos la información que podemos buscar fácilmente en Internet, y memorizamos más las formas de buscarla, pero a pesar de ello se está trabajando la memoria. Podemos llegar a considerar que ahora tenemos una gran memoria externa que nos acompaña a todas partes, y que es Internet. Lo que sí es importante es que intentemos darnos el suficiente tiempo para recordar, de modo que no busquemos enseguida aquello de lo que no nos acordamos, y le demos la oportunidad a nuestra mente de poderlo encontrar, pues actualmente echamos enseguida mano del móvil o del ordenador y buscamos inmediatamente cualquier información que no recordamos.
-Hacer las cosas cotidianas de diferente manera: no elegir siempre el mismo camino para ir o regresar del trabajo, o intentar escribir en el móvil con diferentes dedos, o peinarse con la mano contraria, pues de esta forma estarás creando nuevas conexiones neuronales.
Además la doctora en su libro «El efecto tarta» también recomienda otras «medicinas para la memoria» como practicar actividades que ayuden a disminuir el estrés y la ansiedad, como el yoga, la meditación, o los paseos relajantes, así como hacer ejercicio que es una gran ayuda, pues el movimiento del tipo que sea, produce unas sustancias cerebrales llamadas «Factores Neurotróficos», que además de proteger nuestras neuronas, potencian el nacimiento de otras nuevas a partir de células madre, a la vez que se crean nuevos circuitos neuronales, todo lo cual desarrolla y protege nuestra memoria. «Esto deberá unirse a una alimentación equilibrada, en la que se incluyan algunos alimentos que se relacionan con la salud de nuestro sistema nervioso y, por tanto, de nuestra memoria, como son los frutos secos, el pescado azul, verduras y frutas frescas, legumbres y cereales integrales», añade Marisa Navarro.
Leer diariamente y realizar cualquier otra actividad de carácter cultural o educativa también es alimento de nuestra memoria. «No importa si estás aprendiendo un idioma, un baile, o cocina pues todas desarrollan tu cerebro, creando nuevas conexiones nerviosas. Escucha música siempre que puedas, y no importa del tipo que sea, pues todas van a estimular el cerebro, al igual que realizar pasatiempos como sudokus, o crucigramas, así como viajar, que nos abre la mente y potencia también nuestra memoria», afirma.
Por último, aconseja dar gran importancia a las relaciones sociales, tener grupos de amigos y compartir tiempo con ellos, así como realizar cualquier actividad que te haga feliz, porque todo ello hará que te mantengas activo y segregues serotonina y endorfinas, con las que potenciarás tu cerebro y todas sus funciones.
fuente: abc.es