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Estimulación sensorial, una esperanza en la lucha contra el alzhéimer.

Un estudio ha descubierto que al estimular un ritmo cerebral específico con luz y sonido, se incrementa la liberación de péptidos por parte de las interneuronas, lo que facilita la eliminación de una proteína asociada al alzhéimer

En los últimos años, los estudios realizados en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y otros centros de investigación han arrojado luz sobre un posible tratamiento para la enfermedad de Alzheimer (EA). La clave parece estar en la sincronización de la luz y el sonido en la frecuencia del ritmo cerebral gamma de 40 hercios (Hz), un hallazgo que está cobrando cada vez más relevancia en la comunidad científica.

Se estima que más de 55 millones de personas con demencia en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y se realiza un nuevo diagnóstico cada tres segundos, según la Confederación Española de Alzheimer (CEAFA). A esto se suma que, según la estimación de los expertos, para 2050 los casos de enfermedades neurodegenerativas se triplicarán en todo el mundo. La demencia y la enfermedad de Alzheimer, que es el tipo de deterioro cognitivo más común, son un reto para los sistemas sanitarios al que diferentes investigadores intentan dar respuesta.

Un reciente estudio publicado en Nature, liderado por el profesor Li-Huei Tsai del MIT, revela un mecanismo clave detrás de estos efectos beneficiosos. Los resultados del estudio sugieren además que esas señales proteicas cortas impulsan procesos específicos que promueven una mayor eliminación de amiloide a través del sistema glifático. Este descubrimiento proporciona nuevas perspectivas sobre cómo la estimulación sensorial puede influir en la progresión de esta enfermedad devastadora.

El equipo de investigación, dirigido por Mitch Murdock, ha demostrado que la estimulación sensorial de 40 Hz aumenta la actividad neuronal en el cerebro de los ratones, lo que desencadena la liberación de péptidos asociados con la eliminación de amiloide a través del sistema glifático. Este proceso implica la activación de las células de astrocitos y la pulsación de los vasos sanguíneos cercanos, facilitando así el flujo de líquido que elimina los desechos cerebrales.

“Aún no tenemos un mapa lineal de la secuencia exacta de eventos que ocurren, pero los hallazgos de nuestros experimentos respaldan esta vía de eliminación a través de las principales rutas glinfáticas», dice Murdock, quien fue supervisado conjuntamente por Tsai.

El equipo de investigación llevó a cabo un experimento en el que desactivaron químicamente las neuronas que producen un péptido intestinal vasoactivo. Cuando hicieron esto y luego expusieron a los ratones a estimulación sensorial gamma, observaron que ya no había un aumento en la pulsatilidad arterial y que no se producía más eliminación de amiloide estimulada por gamma. En resumen, demostraron que  no hay una conexión directa entre la liberación de péptidos y la eliminación del amiloide en este contexto.

Los resultados son prometedores, pero aún quedan preguntas por responder. Aunque este estudio proporciona una comprensión más profunda de cómo la estimulación gamma puede afectar positivamente a los pacientes con alzhéimer, se necesitan más investigaciones para comprender completamente los mecanismos subyacentes y optimizar este enfoque terapéutico.

“Una nueva dirección importante para la investigación del laboratorio será determinar qué otros péptidos u otros factores moleculares pueden ser impulsados ​​por la estimulación gamma sensorial”, confirmo Tsai.

A medida que avanzamos en esta dirección, queda claro que la estimulación sensorial de los ritmos cerebrales podría representar una esperanza real en la lucha contra los trastornos neurológicos como la enfermedad de Alzheimer. Con cada avance, nos acercamos un poco más a encontrar una solución efectiva para esta enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo.

 

Estimulación sensorial, base del tratamiento del alzhéimer (consalud.es)