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Fracasa un fármaco contra el alzheimer en un gran ensayo clínico

 

Un fármaco contra el alzheimer desarrollado por la farmacéutica Eli Lilly no ha logrado frenar la progresión de la enfermedad en un ensayo clínico de fase 3. Según publica la revista The New England Journal of Medicine , el medicamento no ha producido ningún efecto significativo en los pacientes que lo probaron, en comparación con los que recibieron placebo.

El fármaco de Lilly, llamado solanezumab, fue diseñado para unirse a la proteína beta amiloide de la sangre y neutralizarla. Según una de las hipótesis más aceptadas por los científicos, la beta amiloide juega un papel clave en el alzheimer. En las personas que sufren la enfermedad, una forma defectuosa de la proteína se acumula en el cerebro, lo que produce daños en las neuronas y, a la larga, un deterioro de las capacidades cognitivas y pérdida de memoria.

Los primeros ensayos del solanezumab en personas se hicieron públicos en 2010. En 2014 llegaron los primeros resultados de dos ensayos clínicos de fase 3, en los que participaron un total de más de 2.000 pacientes con alzheimer leve o moderado, publicados también en The New England Journal of Medicine . Fueron negativos, pero los investigadores detectaron un efecto beneficioso del solanezumab en un grupo de participantes que presentaba síntomas menos graves.

A partir de este indicio, los científicos decidieron centrarse en pacientes en una fase más temprana de la enfermedad para llevar a cabo un tercer ensayo clínico. En el nuevo ensayo participaron más de 2.100 personas con síntomas leves de alzheimer. La mitad recibió el tratamiento con solanezumab, y la otra mitad placebo, durante algo más de 17 meses. Sin embargo, el fármaco no tuvo más éxito que el placebo a la hora de frenar la progresión de los síntomas de la enfermedad.

Lilly ya anunció el fracaso del solanezumab en noviembre de 2016, cuando obtuvo los resultados preliminares del ensayo. Desde entonces, la farmacéutica ha abandonado el producto como una opción para tratar el alzheimer cuando los síntomas ya han empezado.

“Había muchas expectativas en este fármaco porque había tenido un recorrido muy largo, y ya casi estábamos al final. Si hubiera salido bien el ensayo, hoy tendríamos un tratamiento para el alzheimer”, declara a Big Vang Mercè Boada, directora médica de la Fundació ACE-Barcelona Alzheimer Treatment Research Center y coautora de la investigación.

Para Boada, el fracaso del solanezumab ha sido “un terremoto” y “una gran decepción”. “Han sido muchos años invertidos en seguir esta línea de investigación. Mucho esfuerzo y talento”, lamenta. “Pero también hemos aprendido del error”.

Los investigadores piensan que una de las razones de que haya fallado el tratamiento con el solanezumab podría ser que sólo neutraliza la proteína beta amiloide de la sangre, ya que es incapaz de acceder al cerebro. Al parecer, eso no es suficiente para frenar los daños neuronales. “La hipótesis del funcionamiento del solanezumab tenía un fundamento físiopatológico poco contrastado”, valora en entrevista telefónica José Luis Molinuevo, director científico del BarcelonaBeta Brain Research Center, centro impulsado por la Fundació Pasqual Maragall . “No había garantías de que pudiera tener un impacto sobre la beta amiloide depositada en el cerebro”, explica Molinuevo, que no ha participado en los ensayos.

Por otra parte, para los pacientes que empiezan a mostrar síntomas de alzheimer, puede que un tratamiento contra la proteína beta amiloide llegue demasiado tarde, según argumentan Boada y Molinuevo. “Estamos hablando de cerebros que ya han sufrido mucho daño, que llevan dos décadas acumulando beta amiloide. Son años de pérdidas de neuronas y conexiones. Revertir eso es imposible”, argumenta Molinuevo.

Otra posible razón para el fracaso del solanezumab es que la propia hipótesis sobre la beta amiloide sea errónea o que esta proteína no juegue un papel tan importante en la enfermedad como se cree. “Hace quince años que estamos combatiendo la beta amiloide. Puede que haya otras dianas a las que no estemos dando suficiente importancia”, señala Mercè Boada. Para José Luis Molinuevo, los resultados del ensayo no restan importancia de esta proteína. “La hipótesis amiloide no quedará derogada hasta que no se actúe directamente eliminándola o reduciendo su depósito en el cerebro”, subraya.

“El alzheimer es una enfermedad extremadamente difícil”, afirma Boada. Se asocia con una multitud de factores de riesgo tanto genéticos como ambientales. “Para tratarlo probablemente tendremos que combinar medicamentos que afecten a distintas vías”, añade la neuróloga. “No será ahora, y a lo mejor tampoco dentro de diez años, pero lo acabaremos consiguiendo”.

Actualmente hay otros fármacos contra el alzheimer en distintas fases de ensayo clínico, contra la beta amiloide y contra otros mecanismos de la enfermedad. Uno de los más prometedores es el aducanumab, que también bloquea la beta amiloide, pero desde dentro del cerebro.

“Sigue habiendo esperanzas, más en la prevención que en el tratamiento”, opina sin embargo Molinuevo. “Cuando llega el tratamiento ya es muy tarde; la enfermedad está demasiado avanzada”.

Precisamente en la prevención se centra un ensayo todavía en curso con el solanezumab. Lilly lo está probando en personas totalmente sanas pero que experimenten una acumulación anormal de proteína beta amiloide. Según datos de los National Institutes of Health de Estados Unidos, se prevén los resultados para 2022.

 

 ELSA VELASCO ,BARCELONA

Fuente: www.lavanguardia.com