La enfermedad de Alzheimer se ha colado por primera vez en el ránking de las diez principales causas de muerte a nivel global realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que siguen liderando las cardiopatías isquémicas y los accidentes cerebrovasculares.
A la inquietud generada por la clasificación, hay que añadirle la publicación esta semana de un informe desalentador realizado por Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC, según sus siglas en inglés), donde ya es la sexta causa de muerte. Los científicos han revelado cambios preocupantes en la tasa de mortalidad por alzhéimer: un aumento del 55% entre 1999 y 2014.
La demencia afecta a alrededor de 800.000 personas en España y más de la mitad se encuentran en situación de dependencia
Se trata de la forma más común de demencia y, por el momento, es incurable. Además, es degenerativa, por lo que su frecuencia aumenta con la edad: afecta al 5% de la población de entre 60 y 69 años, al 20% de los que tienen entre 80 y 89 y al 30% de entre 90 y 99. En total, más de 46 millones de personas (el equivalente a la población española) sufren la enfermedad en todo el mundo y, si la tendencia continúa, en 2050 serán 131 millones, según Alzheimer Disease International, centro de referencia.
El precio del aumento de la esperanza de vida
El estudio, publicado en el Informe Semanal de Morbilidad y Mortalidad, indaga en las causas que han llevado a semejante aumento de las muertes y apunta al envejecimiento de la población. En este sentido, España es un claro ejemplo de cómo la mejora de las tasas de esperanza de vida conlleva que el alzhéimer se sitúe entre las principales enfermedades. Los datos demuestran la cruel (pero real) tendencia de que a medida que se han ido alcanzado logros sanitarios para paliar los problemas físicos asociados con la edad, han aumentado las probabilidades de que algo falle en nuestra mente.
Asimismo, hay quienes añaden un factor más en la ecuación. La sociedad está mucho más concienciada y las técnicas médicas han mejorado considerablemente, por lo que también es más fácil que este tipo de dolencias se diagnostiquen hoy que hace 15 años. Puede que todavía no se haya logrado encontrar la cura, pero sí se ha desarrollado la detección de síntomas tempranos, lo que permite que comience antes el tratamiento.
No obstante, es innegable que el precio de que España y el resto de países industrializados hayan mejorado sus índices de esperanza de vida se materializa en la enfermedad de Alzhéimer. Este aumento se enmarca dentro de la preocupación general de los profesionales de la salud que advierten que el peso del envejecimiento en la sociedad podría ser superior al avance de la Medicina. En nuestro país se cobra la vida de 14.000 personas al año, según los últimos datos disponibles del Instituto Nacional de Estadística, afectando en su mayoría a mujeres.
No tenemos una cura, ni siquiera sabemos por qué se desarrolla, todo lo que tenemos son tratamientos sintomáticos
“Estamos mejorando el tratamiento del envejecimiento en general, pero la enfermedad de Alzheimer es una bestia diferente”, matiza para ‘Newsweek’ el doctor Luca Giliberto, del Centro de Investigación Litwin-Zuzker para el Estudio de la Enfermedad de Alzheimer, una vez se dieron a conocer los resultados del informe. “No tenemos una cura, ni siquiera sabemos por qué se desarrolla, por lo que no podemos prevenir la muerte causada por la enfermedad. Todo lo que tenemos son tratamientos sintomáticos”. En el caso estadounidense, los últimos datos recogen que las muertes relacionadas con el alzhéimer eran de 16,5 por cada 100.000 personas en 1999 y ha aumentado a 25,4 en 2014.
Más pacientes mueren en casa
Otro cambio importante que identifica el informe es en dónde fallecen aquellos que padecen alzhéimer. “Conforme aumenta el número de personas mayores con la enfermedad, más familias están tomando el rol, emocional y físicamente desafiante de cuidadores. Estas familias necesitan nuestro apoyo”, declara Anne Schuchat, directora interina de los CDC.
Cada vez más familiares comparten la dependencia del enfermo (iStock).Cada vez más familiares comparten la dependencia del enfermo (iStock).
El estudio refleja que las muertes de alzhéimer en hospitales y asilos se han reducido del 80 al 60% en los últimos 15 años. Al mismo tiempo, los decesos en el hogar aumentaron del 14 al 25%. En este caso, una gran parte de los cuidadores tienden a ser no remunerados. Es decir, se trata de una enfermedad compartida que reclama más de una víctima: además del enfermo, cónyuges o hijos se sacrifican para mantener a su ser querido en casa. Detrás de cada paciente, hay, por tanto, cada vez más familiares que sufren y comparten la dependencia del enfermo.
“Como médicos, los sistemas de salud, los legisladores y la sociedad, necesitamos invertir en el cuidado y la asistencia de estos pacientes y su cuidador. Este tipo de apuestas son la única manera de reducir la carga social y económica no tal lejana de la enfermedad de Alzheimer”, señala Schuchat sobre la realidad estadounidense, también aplicable a la española.
Fuente: MIGUEL SOLA- El confidencial