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Las 7 fases del Alzheimer: así se avanza de la demencia a una enfermedad mayor

 

Sabemos que las personas que olvidan a sus seres queridos, los lugares en los que han estado o incluso su propio nombre, padecen la enfermedad de Alzheimer. Este es el tipo de demencia más común, ya que erosiona gradualmente la memoria, el pensamiento y el comportamiento, llegando a dificultar las tareas diarias más sencillas. Sin embargo, ningún paciente diagnosticado se despierta al día siguiente con la mente en blanco.

Al igual que ocurre con otras enfermedades degenerativas, el Alzheimer tiende a desarrollarse lentamente y empeora en forma gradual a lo largo de varios años. Al principio, los síntomas son prácticamente imperceptibles hasta que comienzan aparecer lagunas en el pensamiento.

 

Si bien no existe un sistema de etapas universalmente aceptado, los expertos identifican siete fases para este tipo de demencia, que se dividen a su vez en tres etapas: leve, moderada y grave.

Así que esta será la escala que manejaremos para comprender la progresión de la enfermedad y reconocer los cambios en los síntomas. Algo crucial para brindar la atención y el apoyo necesarios.

Etapa leve: una nueva forma de pensar

En las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer, las personas pueden experimentar cambios sutiles en el pensamiento. Entre ellos, la pérdida de memoria de eventos recientes (irrelevantes), una menor espontaneidad e iniciativa, dificultad para resolver problemas y tareas complejas, el extravío de pertenencias y una mayor irritabilidad.

Si se le conoce como “leve” es porque los pacientes todavía pueden recordar y llevar una vida independiente, aunque hagan la misma pregunta una y otra vez. De hecho, dentro de esta etapa hay tres fases reconocibles:

  • Sin deterioro: Los individuos no muestran ningún síntoma perceptible en el pensamiento.
  • Deterioro cognitivo muy leve: A partir de este momento los lapsos de memoria menores se vuelven evidentes, como olvidar palabras familiares o perder objetos. Pero estos incidentes a menudo se atribuyen a cambios regulares relacionados con la edad.
  • Y deterioro cognitivo leve: Una vez que inicia, los déficits de memoria y pensamiento se vuelven más notorios. Las personas pueden experimentar dificultad para concentrarse, luchar para recordar fechas y tener problemas para las finanzas y el pago de facturas.

Etapa moderada: recuerdos borrosos y paralizantes

Después de la cuarta fase de la enfermedad de Alzheimer, se produce un daño significativo en las áreas del cerebro responsables del lenguaje, el razonamiento, el pensamiento consciente y el procesamiento sensorial. Esto conduce a una disminución progresiva de la memoria, lo que dificulta cada vez más que las personas reconozcan a sus seres queridos y realicen las tareas cotidianas.

Las dificultades comunes en esta etapa van más allá de olvidar nombres y extraviar objetos. Esto debido a que aparecen síntomas como las alucinaciones o la paranoia. De allí que sea el momento en el que familiares y amigos descubren que el paciente realmente tiene esta demencia.

En este caso, solo hay dos fases reconocibles:

  • Deterioro cognitivo moderado: Las brechas de memoria se vuelven más pronunciadas y las personas pueden retirarse de situaciones sociales debido a problemas de pensamiento. Es decir, el olvido de antecedentes personales y la confusión.
  • Y el deterioro cognitivo moderadamente severo: Este es el punto en el que las personas requieren una asistencia significativa con las actividades de la vida diaria. La pérdida de memoria empeora y, como resultado, los pacientes pueden perderse en el tiempo y el lugar. Además se producen cambios en los patrones de sueño, como mayor somnolencia diurna, lo que dificulta la capacidad de leer, escribir y por otro lado aumenta los arrebatos emocionales y delirios.

Etapa grave: la pérdida del yo

A medida que la enfermedad de Alzheimer avanza hacia su etapa final, los pacientes llegan a un punto en el que pierden la capacidad de interactuar con su entorno, entablar conversaciones e incluso controlar sus propios movimientos. Aunque todavía pueden pronunciar palabras y expresar dolor, es imposible razonar con ellos.

Las últimas fases de este tipo de demencia suelen ser las más duras para los familiares, por la disminución del interés por comer así como la pérdida de control sobre las funciones de los intestinos y la vejiga. Estas fases serían:

  • Deterioro cognitivo severo: Las personas experimentan una disminución severa de las capacidades cognitivas, lo que ocasiona problemas con la salud dental, el cuidado de la piel y la ingesta de alimentos.
  • Y el deterioro cognitivo muy severo: Cuando se produce una pérdida completa de las habilidades verbales y físicas. En esta fase final, las personas pueden perder la capacidad de caminar, sentarse e incluso mantener la cabeza erguida. En consecuencia, requieren cuidado y apoyo las 24 horas del día para todas las actividades diarias.

Como vemos, la enfermedad de Alzheimer es lenta y dolorosa. En promedio, las personas con este tipo de demencia viven entre 3 y 11 años después del diagnóstico, pero algunas sobreviven 20 años o más. Todo depende de qué tan rápido salten de una fase a otra. Es por eso que entender cómo progresa el Alzheimer es indispensable para cuidar a quienes lo padecen.

 

 

María del Pilar Fernández

Las 7 fases del Alzheimer: así se avanza de la demencia a una enfermedad mayor