es

Los seis alimentos que reducirán tu riesgo de tener demencia un 50%

 

 

La enfermedad de Alzheimer y las demencias asociadas a ella son algunas de las patologías más terroríficas del mundo. Perder nuestro yo es una de las cosas más aterradoras que nos podemos plantear. Dejar de ser quienes somos, dejar de recordar lo que éramos y convertir en irrelevante lo que seremos. El alzhéimer es pavoroso. Según la Sociedad Española de Neurología, cada año se diagnostican 40.000 nuevos casos y, en total, se calcula que hay 800.000 personas sufriéndolo en este momento (sin tener en cuenta a sus familias, a las que también afecta sobremanera). Números sobrecogedores. 

El problema es que no sabemos prácticamente nada acerca de ella. Para poner en contexto, diremos que, como explicaban los representantes de Farmaindustria a principios del mes de noviembre, la industria farmacéutica mundial se ha gastado miles de millones de euros en la investigación de esta enfermedad (dado que quien consiga curarla o al menos tratarla conseguirá, mientras le dure la patente, acceder en solitario a un mercado inexplorado). A pesar de toda esta ingente inversión, ni un solo medicamento ha ofrecido ningún tipo de resultado. Seguimos completamente a oscuras. «En este momento no tenemos medicinas para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, prevenirla con la dieta es esencial» Pero no nos damos por vencidos, la lucha continúa y muchos científicos siguen dando el do de pecho para encontrar la respuesta que consiga encajar las piezas del puzle. Entre ellos se encuentran los investigadores Esra Shishtar, Gail T. Rogers, Jeffrey B. Blumberg, Rhoda Au y Paul F. Jacques, de la Universidad de Tufts, en la ciudad de Boston, en Estados Unidos. Estos científicos acaban de publicar un estudio en la ‘American Journal of Clinical Nutrition’ que promete dar pistas más que valiosas sobre la prevención de la enfermedad. ¿Lo más notable? La enorme relevancia de los nutrientes. 

 

En qué consiste el estudio

Los investigadores reunieron un grupo compuesto por 2.800 participantes de 50 años o más y examinaron la relación a largo plazo entre el consumo de alimentos ricos en flavonoides y el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer y las demencias asociadas a esta. Los investigadores son conscientes de que a lo largo de las últimas décadas se han elaborado multitud de trabajos científicos que han prestado atención a esta relación, pero todos ellos tenían lugar durante cortos periodos de tiempo. Es por esto por lo que los investigadores han decidido analizar este vínculo durante 20 años. 

Como sabemos, cuanto más se prolonga en el tiempo un trabajo científico observacional (y técnicamente cualquier otro basado en la estadística), mayor relevancia tiene al ser su probabilidad de error menor y la validez de las correlaciones que establece mucho mayor. 

 

Los efectos de los flavonoides

Estas sustancias son unos compuestos químicos naturales que se encuentran en plantas, sobre todo en verduras y frutas, como las peras, las manzanas, las frutas del bosque o las cebollas, y en algunas bebidas como el té y el vino. Desde hace algunos años se ha relacionado su consumo con una gran variedad de efectos beneficiosos para nuestra salud como una menor inflamación sistémica o una menor prevalencia de enfermedades cardiovasculares. Gran parte de estos efectos beneficiosos se deben a las propiedades antioxidantes de estas sustancias. Estos compuestos químicos tienen la capacidad de neutralizar las especies reactivas del oxígeno, conocidas como radicales libres. Se trata de moléculas muy energéticas capaces de dañar componentes fundamentales de las células, incluyendo el ADN de las mismas, y realizando lo que se conoce como daño oxidativo. Son una causa del aumento de riesgo de cánceres y los culpables principales del envejecimiento celular. El hecho de que los antioxidantes los neutralicen o, como mínimo, reduzcan sus efectos dañinos juega directamente a nuestro favor. 

El equipo de investigadores determinó que una ingesta insuficiente (por debajo del mínimo recomendado) de estas sustancias beneficiosas tenía importantes efectos en el riesgo de padecer alzhéimer o las demencias asociadas dependiendo de su tipo: 

  • La baja ingesta de flavonoides como los que se encuentran en las manzanas, las peras y el té se asoció a tener dos veces el riesgo de sufrir alzhéimer.
  • Los niveles bajos de antocianinas, un pigmento antioxidante que podemos encontrar en el vino tinto, los arándanos o las fresas, se asoció a un riesgo cuatro veces mayor de sufrir la enfermedad y las demencias asociadas

«Nuestro estudio nos da una idea de cómo la dieta, a lo largo del tiempo, afecta al declive mental de un individuo gracias a ser capaces de medir directamente la ingesta de flavonoides a lo largo de un gran número de años antes de que los síntomas de estas enfermedades aparecieran», explica Paul Jaques, uno de los autores principales del estudio. Y continúa: «Dado que, en este momento, no tenemos medicinas para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, prevenir la enfermedad por medio de una dieta sana es algo que debemos tener muy en cuenta». 

 

Álvaro Hermida 

https://www.alimente.elconfidencial.com/nutricion/2020-05-07/alzheimer-demencia-antocianinas-flavonoides_2582828/