Cierta gente tiene los cambios propios de esta demencia sin presentar ningún síntoma, casi como si su cerebro fuera más resistente a la enfermedad
Unas 800.000 personas en España padecen alzhéimer, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN). Esta enfermedad neurológica no es solo la principal causa de demencia en todo el mundo, sino también la patología que mayor discapacidad genera en personas mayores en nuestro país y, por lo tanto, con uno de los mayores gastos sociales.
Entre esas miles de muestras, el equipo encontró sólo 12 que habían sido cognitivamente sanas antes de su muerte y que, sin embargo, presentaban claros signos neurológicos de la patología subyacente de la enfermedad.
La resiliencia frente al alzhéimer
Además de demostrar lo raro que es que los cerebros eviten los efectos debilitantes del Alzheimer, la pequeña muestra dio al equipo la oportunidad de aprender qué puede hacer que esos cerebros sean tan resistentes.
«No estaba claro qué ocurre en estas personas a nivel molecular y celular», afirma Luuk de Vries, neurocientífico del Instituto Holandés de Neurociencia. «Por lo tanto, buscamos donantes con anomalías en el tejido cerebral que no mostraran deterioro cognitivo en el Brain Bank».
Este tipo de resiliencia se ha observado antes y se cree que tanto la genética con la que nacemos como las elecciones de estilo de vida que tomamos pueden tener algún efecto, recoge Science Direct. Estos diferentes factores también están relacionados con el desarrollo del Alzheimer en general.
Al analizar las combinaciones únicas de cientos de genes que se expresan en cerebros con alzhéimer cognitivamente sanos, cerebros de pacientes más típicos de alzhéimer y controles sanos sin la enfermedad, los investigadores encontraron diferencias clave en los cerebros resistentes relacionados con las células de astrocitos que están involucradas con el limpieza de desechos del cerebro.
Es más, los cerebros resistentes parecían ser mejores para eliminar las proteínas tóxicas asociadas con el desarrollo de la enfermedad. Parece que estos cerebros son de alguna manera mejores para detener la acumulación de basura neurológica.
Otra diferencia fue una producción de energía más eficiente en las células de los cerebros resistentes. Aún no está claro qué hay detrás de estas diferencias o cómo se relacionan con la enfermedad de Alzheimer, pero identificar cuáles son las diferencias es un primer paso importante.