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Recta final del plan de alzhéimer sin centros de referencia ni financiación

Raquel Sánchez, coordinadora del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la SEN, afirma que España no está capacitada para administrar nuevos tratamientos frente a la enfermedad.

Independientemente de que lleguen nuevos tratamientos contra la enfermedad de Alzheimer, España no cuenta con la capacidad ni los cimientos necesarios para abordar una patología que ya afecta a 700.000 personas en todo el territorio. Esta visión es defendida por Raquel Sánchez del Valle, coordinadora del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología (SEN), que advierte en Redacción Médica que “el Plan Integral de Alzheimer y otras Demencias 2019-2023 no tiene un presupuesto establecido ni tenía objetivos de obligado cumplimiento. Se han juntado personas y representantes de diferentes instituciones, pero la puesta en práctica no se ha llevado a cabo para nada. El impacto generado, más allá de crear un foro de discusión, no ha tenido la repercusión práctica esperable ante una enfermedad prevalente a nivel nacional”.

La estrategia frente al alzhéimer fue aprobada en noviembre de 2019 por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y presentada por el Gobierno de España. Según el Ministerio de Sanidad, la irrupción de la pandemia por coronavirus obligó a posponer su puesta en marcha, y la especialista recuerda que pese a encontrarse en su recta final, «sigue sin contar con una financiación concreta. Es imposible cambiar la situación sin un plan bien dotado económicamente. Personalmente, para mí es más un libro blanco que una estrategia que se tenga que impulsar».

Los avances que la comunidad científica está logrando ante el alzhéimer, como la reciente aprobación de Lecanemab por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), contrasta con el inmovilismo que España arrastra desde hace años y que Sánchez describe: “El principal problema es la barrera que existe en relación al acceso de personas candidatas a estos tratamientos. No se trata del precio, sino por la entrada limitada al diagnóstico precoz. Estos fármacos están indicados para fases iniciales de la enfermedad. Este aspecto es difícil de solucionar salvo que haya una reforma en el sistema sanitario”.

La neuróloga recuerda que la fase precoz en que se debe detectar la enfermedad es “cuando una persona empieza a perder la memoria pero sigue siendo independiente para su funcionalidad. Los neurólogos necesitan herramientas para confirmar que los problemas de memoria son atribuibles a la enfermedad de Alzheimer. En esta fase inicial no se puede tener a pacientes nueve meses en la lista de espera. Este diagnóstico se realiza en pocos centros de España y debería estar disponible en todos ellos”.

Inequidad y falta de preparación para abordar el alzhéimer

Un nuevo obstáculo que los pacientes españoles se encontrarán una vez se aprueben los nuevos tratamientos contra el alzhéimer será que los hospitales de día no estarán preparados para su administración, tal y como confirma la neuróloga de SEN: “Varios estudios confirman que se usarán tratamientos intravenosos, y se están preparando probaciones subcutáneas para eliminar esta barrera en los hospitales. Se espera que salgan a la luz en un futuro próximo, ya que permitiría que el propio cuidador lo pudiera realizar en su casa. Si no hay este cambio, no España no estará preparada”.

Otra de las problemáticas que los pacientes con alzhéimer sufren en España es la inequidad existente en el sistema sanitario. “Existen pocos centros de referencia, esta situación sería adecuada para enfermedades minoritarias, el alzhéimer es tan prevalente que no puede haber un solo centro por comunidad autónoma. En el Clínic de Barcelona están disponibles múltiples pruebas para abordar la patología, pero otros centros no tienen esta disponibilidad. Esto provoca la demencia evolucione mientras el paciente está en la propia lista de espera para ser atendido”.

La mortalidad por cáncer aumenta en España

Tal y como afirma un informe emitido por el Ministerio de Sanidad, Patrones de mortalidad en España 2020, el alzhéimer se ha convertido en la quinta causa de muerte. “Es innegable que la enfermedad de Alzheimer y las demencias han crecido en mortalidad, y la prevalencia aumenta debido a la mortalidad. En este escenario también ha contribuido que los médicos tienen más presente este diagnóstico como causa fundamental de muerte”, relata la especialista.

En esta misma línea se pronuncia Juan Fortea, neurólogo del Hospital de Sant Pau de Barcelona: “Se ha empezado a corregir esta tendencia entre las personas mayores que fallecen. Se ha infraestimado mucho la importancia relativa del alzhéimer como causa de mortalidad, y en países como Estados Unidos este cambio ha ido acompañado de financiación para combatirla con más herramientas”. En otras enfermedades se ha cambiado radicalmente el tratamiento al paciente gracias a la innovación, como por ejemplo el cáncer o las enfermedades cardiovasculares. “Se deben asignar los recursos necesarios a las enfermedades que más sufrimiento generan a la población. A lo mejor este año se aprueba Lecanemab en Europa, permitiendo modificar el curso del alzhéimer”, constata el especialista.

 

Xavier Magraner

Plan de alzhéimer estatal: estas son sus carencias (redaccionmedica.com)