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Tomar bebidas azucaradas podría provocar envejecimiento cerebral, según un estudio.

 

Un grupo de investigadores estadounidenses ha asociado el consumo de bebidas azucaradas con la aceleración de los procesos de envejecimiento cerebral y la temprana aparición de síntomas de la enfermedad de Alzheimer.

Para llegar a esta conclusión los expertos usaron datos de más de 4000 personas mayores de 30 años; examinaron sus cerebros mediante imágenes de resonancia magnética y midieron sus capacidades de memoria a través de pruebas psicológicas. Además, todos respondieron cuestionarios sobre la frecuencia con la que consumen ciertos alimentos.

La ingesta de bebidas azucaradas es una medida indirecta de cuánto azúcar forma parte de nuestra dieta, un aspecto difícil de medir con exactitud.

El estudio fue publicado en Alzheimer’s & Dementia y revela que, en promedio, mientras más bebidas azucaradas se consuman es menor el volumen cerebral y también disminuyen las puntuaciones en las pruebas de memoria. La reducción en el tamaño del cerebro está asociada con un riesgo alto de sufrir alzhéimer.

En comparación con quienes no consumen bebidas azucaradas, los que tomaban una o dos al día tuvieron una reducción del volumen cerebral equivalente a 1,6 años de envejecimiento normal, y menores puntuaciones de memoria que son similares a 5,8 años de envejecimiento. Quienes consumían más de dos bebidas azucaradas tenían una disminución del volumen cerebral equivalente a dos años de envejecimiento normal y menores puntuaciones de memoria que equivalen a once años de envejecimiento.

Los investigadores realizaron el estudio controlando otras condiciones como diabetes, presión arterial, colesterol, tabaquismo y muchas otras características de salud y conductuales.

“Aunque no podemos probar que es una relación de causa y efecto, estos datos sugieren que debemos ser cuidadosos con respecto al consumo de las bebidas azucaradas”, señaló el autor principal del estudio, Matthew P. Pase, investigador sénior en la Universidad de Boston. “Son calorías vacías que contribuyen al aumento de peso y a las enfermedades metabólicas”.

 

Fuente: The New York Times