Uno de cada tres casos de demencia se podría prevenir si se cuidara mejor la salud del cerebro desde edades tempranas, según las conclusiones de un comité de expertos formado por iniciativa de la revista médica The Lancet.
“Aunque la demencia se diagnostica a edades avanzadas, los cambios en el cerebro suelen empezar a desarrollarse muchos años antes; los factores de riesgo para desarrollar la enfermedad se producen a lo largo de toda la vida, no sólo de mayores”, declara en un comunicado Gill Livingston, investigadora del University College de Londres que ha coordinado el trabajo.
La llamada comisión Lancet, que presentó ayer sus resultados en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer en Londres, ha calculado que evitar nueve factores de riesgo adoptando hábitos saludables permitiría reducir los casos de demencia en un 35%. Por comparación, si se pudiera evitar el principal factor de riesgo genético del alzheimer (el alelo ApoE4), los casos sólo se reducirían un 7%.
Los hábitos para prevenir el alzheimer se dividen en dos grandes grupos. Por un lado, aquellos que favorecen una vida intelectual estimulante. La comisión Lancet calcula que, si todos los adolescentes completaran la educación hasta los 15 años, se prevendría uno de cada doce casos de demencia en el mundo. De modo similar, una vida social activa, los trabajos de voluntariado y el hábito de la lectura también reducen el riesgo de alzheimer. Los expertos de la comisión Lancet destacan que estas actividades no evitan el deterioro del cerebro característico del alzheimer pero retrasan la aparición de sus síntomas porque aportan una reserva cognitiva.
El segundo grupo de hábitos saludables engloba aquellos que favorecen una buena circulación sanguínea en el cerebro y que coinciden en gran parte con los que previenen enfermedades cardiovasculares. Estos sí que pueden ser capaces de evitar el deterioro del cerebro. Incluyen la práctica de actividad física, la renuncia al tabaquismo y el control de la tensión arterial.
El informe desglosa estos nueve factores de riesgo prevenibles en diferentes etapas de la vida, que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar demencia y que están detrás de alrededor del 35 por ciento de los casos registrados en el mundo. De este modo, consideran que mejorar la educación en las primeras etapas de la infancia y abordar la pérdida de audición, la hipertensión y la obesidad durante la mediana edad se podría reducir la incidencia de la demencia hasta un 20 por ciento .
En los últimos años de vida, otros hábitos saludables como dejar de fumar, tratar la depresión, aumentar la actividad física, aumentar las relaciones sociales y controlar la diabetes podría reducir la incidencia de demencia otro 15 por ciento adicional.
«La magnitud potencial del efecto sobre la demencia de reducir estos factores de riesgo es mayor de lo que podríamos imaginar y de lo que los fármacos experimentales podrían conseguir», según Schneider, que asegura que es una «poderosa manera» de reducir la carga global de la enfermedad.
Fuente: www.lavanguardia.com, www.redaccionmedica.com