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Vivir en zonas con contaminación atmosférica envejece el cerebro.

 

Joaquim Elcacho (La Vanguardia digital).-  La contaminación atmosférica, incluso a niveles moderados, ha sido reconocida como un factor en el aumento del riesgo de enfermedades cerebrovasculares (ictus; infarto cerebral y derrame cerebral) en estudios médicos llevados a cabo durante los últimos años en diversas partes del mundo.

Una nueva investigación dirigida por científicos del Centro Médico Beth Israel Deaconess de Boston (Estados Unidos) y de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston indica ahora que la exposición a largo plazo a ambientes con aire contaminado causa también daños a las estructuras del cerebro y afecta la función cognitiva en los adultos de mediana edad y ancianos.

Los responsables del estudio han analizado el historial médico de 900 personas que participaban en una investigación médica a largo plazo y han encontrado evidencias de los daños asociados a vivir en zonas contaminadas. Los resultados de este estudio se publican en el número del mes de mayo de la revista médica Stroke.

 

El aire contaminado envejece el cerebro

El estudio calcula la exposición a ambientes contaminados teniendo en cuenta el lugar de residencia de los participantes y los datos sobre calidad del aire en elementos como las partículas con un diámetro menor de 2,5 micras (PM-2,5). Este tipo de partículas provienen de diversas fuentes, incluyendo las plantas de energía, fábricas, camiones y automóviles y la combustión de la madera. Las PM-2,5 son especialmente peligrosas para la salud y su presencia ha sido asociada en estudios anteriores a un mayor número de hospitalizaciones por problemas cardiovasculares como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

El estudio indica que un aumento de sólo 2 microgramos por metro cúbico de PM-2,5 equivale aproximadamente a un año de envejecimiento del cerebro. Así, las personas que viven en ciudades o zonas con más contaminación atmosférica presentan un envejecimiento cerebral prematuro y un mayor riesgo de enfermedades cerebrovasculares.

La investigación que se publica ahora, «es uno de los primeros estudios en que se examinar la relación entre la contaminación del aire y la estructura del cerebro, y sugiere que la mala calidad del aire se asocia con efectos importantes en el envejecimiento del cerebro «, ha destacado Elissa Wilker, investigadora en Centro Beth Israel Deaconess y coautora del artículo científico.

Relacionado con la contaminación atmosférica y funciones cerebrales, se debe recordar que expertos del Centre de Recerca en Epidemiologia Ambiental (Creal) de Barcelona publicaron el pasado mes de marzo un estudio en el que se indica que los niños que respiran aire contaminado en la escuela tienen un desarrollo cognitivo menor que aquellos que disfrutan de un aire más limpio en el patio y en las aulas.

 (Más información sobre este estudio en el artículo publicado en Big Vang, sección de ciència de La Vanguardia.com).