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Ya está aquí otra vez la teoría del origen infeccioso del alzhéimer: el sospechoso es una bacteria.

 

Hongos, virus herpes y también bacterias, ¿qué tienen en común además de ser microorganismos infecciosos? Pues que se han postulado como posibles causantes, o al menos factores predisponentes, de la enfermedad de Alzheimer.

Una investigación reciente, publicada en la revista Science Advances, viene a añadir nuevas evidencias a favor de esta teoría, sugiriendo que la bacteria Porphyromonas gingivalis, uno de los agentes causantes de la gingivitis y de la enfermedad periodontal crónica (una forma de la enfermedad de las encías) podría estar jugando un papel clave en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.

No es la primera vez que se vincula las enfermedades de la encía con el alzhéimer.

Por ejemplo, un estudio que analizó a 59 pacientes con alzhéimer encontró que aquellos que padecían de periodontitis (o enfermedad periodontal) tenían un deterioro cognitivo (mental) más marcado que los pacientes que no padecían esta enfermedad de las encías.

En ratones diseñados para expresar una mutación genética que predispone en humanos a padecer alzhéimer, los investigadores observaron que la bacteria Porphyromonas gingivalis fue capaz de infectar el cerebro, algo que no ocurrió con otras dos bacterias orales.

En este nuevo estudio, los investigadores observaron que era más frecuente la presencia de la bacteria en el cerebro de personas fallecidas con enfermedad de Alzhéimer y que un fármaco diseñado por la compañía que financió la investigación, Cortexyme, podría ayudar a evitar los daños producidos por  Porphyromonas gingivalis en el tejido cerebral.

 

¿QUÉ MÁS SE OBSERVÓ EN EL ESTUDIO? 

Esencialmente, estos fueron los principales hallazgos:

  • Al analizar tejido cerebral de personas fallecidas con alzhéimer y personas fallecidas sin la enfermedad en busca de dos proteínas tóxicas producidas por la Porphyromonas gingivalis, las llamadas gingipaínas, estas estaban presentes en el 91% y el 96% de los enfermos de alzhéimer (cada una de las dos proteínas). En las personas sin la enfermedad, las proteínas estaban presentes en el 39% y 52% de los sujetos.
  • A mayor nivel de las dos proteínas tóxicas analizadas, mayor era la acumulación de otras dos proteínas vinculadas al origen y progresión del alzhéimer.
  • El análisis del líquido cefalorraquídeo y de muestras de saliva de pacientes vivos con alzhéimer reveló también la presencia de la bacteria.
  • En cultivos celulares a los que se infectó con gingivalis, los investigadores observaron que se dañaba una de las proteínas asociadas a la enfermedad de Alzheimer, la tau.
  • En ratones a los que se infectó por vía oral con gingivalis, a las seis semanas se pudo constatar la presencia de la bacteria en el cerebro, daño neuronal y un aumento anormal de beta amiloide, una de las proteínas que se acumula en el cerebro de los enfermos de alzhéimer.
  • Al tratar a ratones que tenían infección cerebral de gingivalis con un fármaco que inhibía la producción de gingipaínas, los investigadores observaron que disminuía la carga bacterial, la acumulación de beta amiloide, la neuroinflamación y la neurodegeneración resultante de esos mecanismos.

Para los autores del estudio, los resultados sugieren que: «Los inhibidores de la gingipaína podrían ser valiosos para tratar la colonización cerebral de P. gingivalis y la neurodegeneración en la enfermedad de Alzheimer»

Citado en un artículo de divulgación de la revista Science, uno de los autores del estudio, el psiquiatra Stephen Dominy, va más allá diciendo que los resultados sugieren que:»P. gingivalis está causando Alzheimer».

 

¿ES ASÍ?

Al contrario que Dominy, algunos expertos no están de acuerdo con la interpretación de sus resultados.

En un artículo publicado por el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS) se hace notar que: «El estudio sugiere que la infección puede ser parte del cuadro. Pero solo muestra una asociación, todavía no prueba un vínculo causal”.

Y señala algo que no debemos pasar por alto: «Vale la pena notar que no todas las personas con Alzheimer tenían P. gingivalis en el líquido cefalorraquídeo – y no había ningún grupo de comparación sin alzhéimer. Las personas sanas también podrían tener ADN de P. gingivalis en su LCR. Después de todo, se encontraron signos de P. gingivalis hasta en la mitad de las muestras de tejido cerebral de personas sin la enfermedad”.

Para el científico de Harvard, Robert Moir, que también defiende la idea de un componente infeccioso en la enfermedad de Alzheimer, más que una causa, la bacteria podría ser un factor más que contribuye a la formación de placas amiloides y a la neuroinflamación.

Y es que muchos elementos sugieren un origen multicausal del alzhéimer; tal vez no haya una única causa, sino que decenas de factores podrían precipitar la aparición de la enfermedad.

¿Controlando uno de estos factores se podría prevenir la aparición del alzhéimer en determinados pacientes? Las respuestas no acaban de llegar, debido a que no se han realizado ensayos clínicos sólidos con fármacos dirigidos a eliminar los organismos infecciosos que están de base en estas teorías.

Eso podría cambiar con el fármaco de Cortexyme, con el que se experimentó en esta investigación, que ya está en fase de ensayo clínico.

Mientras la investigación científica continúa, recuerda que ahora mismo el cepillo y el hilo dental son nuestros mejores aliados contra la enfermedad periodontal.

 

 

Dunia Chappotin

Fuente:www.infotit.com